Núria Bàguena señala la receta durante una de las explicaciones a sus alumnos. Fotos: GERMÁN G. LAMA

La cocina del SOIB en Blanca Dona tenía ayer por la mañana una actividad inusual. Treinta personas, muchos de ellos aficionados, pero también algún profesional como Felipe de la Peña o Marc Escandell, se movían de un lado a otro para realizar los múltiples preparativos necesarios para elaborar los ocho platos del recetario que había propuesto la experta en cocina medieval, profesora de historia y cultura gastronómica Núria Bàguena.

Este curso de cocina contempló recetas de entre los siglos XIV y XVIII y estaba enmarcado dentro de las actividades de las Jornades de Cultura Popular de las Pitiüses que organiza la Federació de Colles de Ball d'Eivissa i Formentera. La presidenta de esta federación, Maria Marí, apuntó que «el curso ha sido todo un éxito ya que la gente está muy interesada en el tema de la cocina». Además, gracias a este curso «se ha descubierto algún secreto de la cocina balear. Nosotros conocemos la cocina que se hace actualmente pero las raíces son muy desconocidas», añadió Marí.

Espinacs capolats, sosenga sípies, arròs de altre manera, julivertada o salsa juvert fueron varios de los platos que estuvieron preparando los aprendices de cocina medieval. «Hemos elaborado ocho platos antiguos para que conozcan una gran variedad de sabores y matices diferentes a la cocina actual. Hay varias salsas medievales, como la juvert, con las que se acompañaban las carnes. El resto de platos se pueden incorporar a la cocina actual, como es el caso del plato con espinacas o con sepia», explicó la profesora Bàguena. Mientras, los treinta alumnos cortaban la cebolla, limpiaban las sepias, hervían las espinacas, freían las patatas y cocían los huevos que necesitaron como ingredientes principales. «Estamos encantados con el curso ya que son platos que luego podemos hacer en casa. Además, parecen muy sabrosos», explico uno de los aprendices cuchillo en mano. Después de toda una mañana entre cazuelas y fogones llegó el momento más esperado: probar los platos de los antepasados. Natalia Salazar