En los primeros años de la vida de un niño cualquier movimiento o gesto es su manera de relacionares con el mundo exterior que está empezando a conocer. Por tanto, estimular sus movimientos a través de diferentes ejercicios tiene unos beneficios enormes para su desarrollo.

Unos 15 niños de uno y dos años de edad junto a sus padres participaron ayer por la tarde en el taller dedicado a estimular el aparato psicomotor de los pequeños que se celebró en la escoleta de Vila. Durante la hora que duró la clase, los pequeños pudieron explayarse sin límites a la hora de moverse por el aula de juegos. Pelotas, telas, aros de colores, cintas y colchonetas con formas geométricas fueron algunos de los objetos con los que los niños pudieron jugar. «La expresividad en el juego es la forma en la que expresan los niños sus deseos y es muy importante que puedan desarrollarlos», explicó Ana Torres, una de las monitoras encargadas de dirigir este cursillo. Explosión motriz es el nombre que recibió esta primera parte donde al ritmo de la música los niños jugaban donde cualquier movimiento era válido, desde bailar o saltar a enredarse con unas telas. Tras la libertad de movimientos llegó el momento de la relajación, segunda parte de la clase, ya que «resulta igual de importante que los niños aprendan a autorrelajarse tras un momento de excitación», añadió la docente. Para finalizar, a través de una serie de estímulos sensoriales, los niños también tuvieron ocasión de soltarse con los dibujos.