Lourdes Juan y Mónica Marí son dos de los voluntarios que trabajan en Eivissa para la Fundación Vicente Ferrrer llevando a cabo tareas de sensibilización y recaudación de fondos. Se trata de una implicación personal que desarrollan en su tiempo libre y que requiere un gran esfuerzo sólo recompensado por saber que están trabajando por los que más lo necesitan. Animan a los ibicencos a que colaboren con esta institución. Mañana participan con un puesto en la feria de artesanía de Puig Missa.

-¿Cuántos voluntarios trabajan desde Eivissa para la Fundación?

-Lourdes Juan: Había dos personas voluntarias que trabajan en Eivissa desde hacía muchos años y que se encargaban de las actividades de sensibilización y de información. Se reorganiza el equipo de voluntarios a finales de 2005 y principios de 2006. Coincidió que por dos lados nos pusimos en contacto con la Fundación en Palma sobre si había alguna cosa en Eivissa para poder colaborar. Así surgió.

-Mónica Marí: Empezamos en las fiestas de Sant Josep de 2006 cuando se celebró una conferencia. En ese momento éramos seis personas. Enseguida entró más gente y ahora los que estamos colaborando seremos entre 12 y 15 personas. Parecen muchos pero cuando queremos hacer algunas actividad necesitamos más ayuda. La verdad que cuando hemos necesitado ayuda en un evento puntual o excepcionalmente grande, amigos de voluntarios y hemos conseguido juntar a más de 30 personas. La gente está sensibilizada con el tema y colaboran.

-¿Cuáles son las razones que os han implicado con esta ONG?

-L. J: Por lo que había leído de la fundación me pareció una organización muy seria. Ahí surgió el tema del apadrinamiento y veía que había contacto con la Fundación y que te daban información. Me pareció una ONG que me daba mucha seguridad. En 2005 fue cuando hice una visita a la Fundación en India y entonces decidí hacerme voluntaria.

M. M: A mí siempre me había gustado la figura de Vicente Ferrer y la labor que estaba llevando a cabo en India. Ella me comentó que tenía un niño apadrinado y luego surgió el viaje a la India. Cuando vi lo que se está haciendo allí que con tan poco dinero hacen tanto. En ese momento dejé de cuestionarme, ¿qué harán con el dinero? Y estaba tan admirada que cuando llegamos aquí ya tenía claro que iba a colaborar en lo que pudiera.

-¿En que consiste vuestra labor?

-L. J: En Eivissa lo que hacemos es tareas de sensibilización, por ejemplo, cuando se hace la Mostra de Entidades Solidarias, colocamos una mesa con información. También intentamos que la gente conozca lo que son los productos de colaboración activa, que son productos elaborados por mujeres discapacitadas que se venden en las tiendas que hay por toda España. Como aquí no hay una, lo que hacemos es llevar los productos en fiestas de los pueblos o en eventos solidarios.

-M. M: Todo lleva una organización detrás. Parece que poner la mesa es muy sencillo y que ahí acaba tu trabajo pero hay muchos trabajo detrás. Por esos necesitamos colaboradores. Tenemos que hacer control de pedidos si necesitamos cosas, contacto con prensa, estar pendientes de si hay alguna convocatoria y organizar visitas o charlas. Aún así lo hacemos con mucha ilusión.

-Habéis visitado India, ¿cómo es la realidad que viven en la región de Anantapur? -¿Cómo es el trabajo de la Fundación que se hace allí?

-M. M: Tienen varios campos de actuación. Sanidad, donde han desarrollado hospitales muy importantes que son casi de referencia en zonas muy apartadas. En ecología están haciendo mucho trabajo en redes de riego, ya que Anantapur, la zona donde trabajan es muy desértica y muy pobre. Vivían del cultivo de cacahuetes y ahora están desarrollando otros cultivos, incluso de frutales. Con esto pueden hacer venta de productos, financiar con esto nuevas instalaciones. Trabajan mucho el tema de la vivienda para proporcionar vivienda digna a los dalits, gente sin casta, son muy pobres que viven en chozas. Van haciendo poblados de viviendas nuevas que les entregan a las familias. Otro de las líneas de actuación son las mujeres y los discapacitados. Han creado asociaciones de mujeres, que se llaman shangams, en las cuales se organizan y se hacen micro créditos para que se desarrollen. Natalia Salazar