Durante la procesión una inmensa nube fue cubriendo Puig de Missa amenazando con descargar lluvia. Foto: GERMÃN G. LAMA
Pasadas las doce del mediodía, la banda municipal de cornetas y tambores aguardaba en la entrada de la iglesia a que saliera la comitiva en procesión. Algunos de los miembros de la agrupación musical deliberaban sobre cuánto tiempo faltaría para que comenzara la ansiada procesión ya que pasaba en más de media hora el horario previsto. Mientras, algunos vecinos de Santa Eulària que subían hasta la iglesia caminando, lo hacían con claros signos de cansancio. «Vamos chicos que ya están listos para la procesión», gritaba uno de los músicos a sus compañeros para que se colocaran en la plaza de la iglesia, aunque todavía faltaban varios minutos para su comienzo. El de ayer era un día de fiesta en el que es habitual que numerosos vecinos acudan a Puig de Missa, por esta razón 14 alumnos de 4º ESO del instituto Xarc tenían una gran mesa con dulces caseros. «Son para recaudar fondos para el viaje de fin de curso y hay tanto dulces como algunas cositas saladas», explicaron Laura Flynn y Ainara Cárdenas. Además, había también refrescos y entre los dulces que elaboraron había brownie, tartas de manzana y piña, magdalenas o coca.
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