Mariana Puertas, intérprete de la asociación de sordos, y Cati, una de las alumnas practicando la presentación durante la clase de ayer.

Normalmente las personas sordas se llaman por un signo, una característica que identifique a la persona, por ejemplo, una peca o un pircing en la nariz. No llaman a las personas por el nombre. Ahora vamos a buscar un signo que os identifique para que os podáis presentar al resto de vuestros compañeros con el lenguaje de signos», explicaba con gestos manuales María Orvay, presidenta de la asociación de sordos de Eivissa y Formentera, mientras Mariana Puertas, intérprete de esta asociación, transmitía la información oralmente a los 15 alumnos que acudieron ayer al primer curso de lenguaje de signos que organiza esta asociación.

Según explicó Mariana, el objetivo de estas sesiones es que los alumnos puedan establecer contacto con las personas sordas, bien sea por motivos laborales o personales: «Hay personas que han decidido apuntarse porque trabajan en el ámbito sanitario y tienen muchos problemas para comunicarse con personas sordas cuando éstas acuden al hospital, por ejemplo. Es muy interesante que haya personas que tienen profesiones muy diferentes. Asimismo, también había personas que ya hicieron un curso de este tipo y decidieron apuntarse a ésta de la asociación para ampliar lo que ya aprendieron y perfeccionarlo», explicó Mariana. Otro de los objetivos es aumentar el número de personas que colaboran con esta asociación.

La presentación del curso tuvo lugar el lunes, día en el que los alumnos recibieron el alfabeto dactilológico. Con esta hoja en mano, los alumnos se esforzaban ayer por construir su presentación y la de un compañero con gestos. «Es muy complicado», decía uno de los aprendices, mientras Mariana construía oralmente el ejemplo de una presentación para que los alumnos captaran la idea: «Hola. Soy Mariana y ésta es mi compañera, que se llama Cati». Según dijo la intérprete de la asociación, hay muchos matices del lenguaje de signos «que son complicados de aprender en un curso de 20 horas». Previamente habían recibido información sobre cómo tratar con una persona sorda: «No puedes acercarte bruscamente a ellos porque se molestan e incluso asustan. Tampoco entienden el sarcasmo y hay frases de la lengua española hablada que no entienden porque la construcción de las oraciones es diferente». Así, según explicó Mariana, en el lenguaje de signos no existen los artículos: «Ellos no dicen la casa sino casa directamente, por ejemplo. Son construcciones más sencillas». Los alumnos que participan en este curso no tienen que pagar una cantidad concreta de dinero: «Pedimos una donación a la asociación porque es pequeña y tiene pocos socios por el momento». El curso tiene lugar los lunes y viernes de 18,00 a 20,00 horas en la sala tres de la plataforma sociosanitaria.