anos Unidas celebra este año su 50º aniversario y lo celebra con una importante campaña bajo el lema Combatre la fam, projecte de tots. Por esta razón han recibido la visita de Julio Falagán, miembro de la institución y misionero que trabaja desde hace diez años en Nicaragua. Hoy a las 20,00 horas en el salón parroquial de la iglesia de Santa Creu ofrecerá una conferencia bajo el título, Neoliberalismo y globalización interpelados por la pobreza. «Con la crisis económico-financiera del pasado año se ha comprobado que el sistema económico especulativo basado en la riqueza desmesurada y sin límites no funciona. No sólo no ha conseguido reducir el hambre en el mundo, uno de los objetivos del milenio, sino que ,lejos de alcanzarlo, las cifras aumentan con casi 1.000 millones de personas que padecen hambre», explicó Falagán.

La cuestión del hambre en el mundo es compleja y afectan muchos factores. «Por poner un ejemplo, el Congo es un país que tiene el 80 por ciento del mineral coltán usado como transmisor de corriente en todos los aparatos electrónicos. Un kilo de este mineral vale unos 500 dólares pero ese país es uno de los más ricos», añade Falagán acerca de lo perverso del sistema. «Lo único que podemos hacer es conocer la realidad y transmitirla para que se sepa la gravedad de la situación y, por otro lado, debe haber un cambio en el sistema económico, social y político», añade con dureza.

Desde Manos Unidas, y también con esta conferencia, lo que se pretende es concienciar sobre estas realidades. «El mundo se hace más global y, por tanto, las realidades del prójimo están más cerca de nosotros, pero esto no nos hace más solidarios», explicó.

Según este activista, la solución pasa «por un cambio en la conciencia social. Debe haber una conciencia de humanidad, solidaridad y que se apoye en el respeto», concluyó.

Por otro lado, su trabajo en Nicaragua, en concreto en la región de la costa atlántica denominada Nueva Guinea Nicaragua, se centra en dar apoyo a las personas para que tomen conciencia de que pueden salir de la pobreza. «Muchas veces tienen mermada su autoestima», matizó Falagán. Lo que más le afecta de manera personal es la violencia que se da en los lugares más pobres. «Es como el sol y la luna: uno da paso al otro. En los lugares más pobres es donde la violencia encuentra su lugar idóneo», sostiene.

N. Salazar

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