l escenario del auditorio de Can Ventosa se convirtió ayer en un aula donde músicos, instrumentos y la obligada pizarra partitura, compartían espacio. David Pastor, reconocido trompetista valenciano, comenzó ayer el curso que precede a su actuación con la Eivissa Jazz Big Band el domingo a las 19,00 horas en Can Ventosa. Había una inquietud común para todos los asistentes a estas clases, el jazz. «Es como una droga, y yo me enganché al jazz cuando tenía doce años», explicó David Pastor. Comenzó a tocar la trompeta con tan sólo 9 años en la banda municipal de su pueblo. «Estaba en el lugar apropiado en el momento justo cuando un compañero de la banda organizó un curso de jazz», desde entonces no se ha podido desvincular de este género. Desde ayer y hasta el sábado se dedica a impartir sus conocimientos «para un grupo diverso, ya que hay gente que está empezando y otros que tocan muy bien su instrumento», añadió Pastor.

A través de diversos ejercicios de ritmo y de improvisación los 18 músicos pudieron conocer «la soltura de creatividad que otorga el jazz ya que permite con una pauta hacer nuestra pequeña aportación e interpretación», añadió el músico. Natalia Salazar

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