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Las donaciones de sangre durante el pasado año en las Islas aumentaron un 6,7 por ciento hasta alcanzar las 41.185, una cifra «positiva» y la más alta hasta el momento en la Comunidad pero que todavía no llega a las 45.000 que se estima que debería haber para cubrir las necesidades de sangre y conseguir la autosuficiencia. De ellas, 4.796 se realizaron en Eivissa y Formentera, islas que tuvieron un incremento del 6,6% con la aparición de 713 nuevos donantes.

Así lo indicó en rueda de prensa el conseller de Salud y Consumo, Vicenç Thomàs, quien además destacó que se dan cerca de 38 donaciones por cada 1.000 habitantes cuando se necesitan 40 o unas 200 diarias -en 2008 hubo más de 150 al día- puesto que cada vez se necesitan más los diferentes componentes de la sangre ya que se realizan nuevas tratamientos o intervenciones.

Además, remarcó que las más de 41.00 donaciones correspondieron a 26.443 donantes atendidos, de los cuales 5.707 era la primera vez que donaban. De esta forma, se aumentó un 44 por ciento los nuevos donantes que en 2007.

Por islas, en Mallorca se realizaron 32.767 donaciones de sangre -un 5,4 por ciento más que en 2007- y en Menorca 3.622 -aumento del 20%-.

Thomàs también remarcó que las cifras del pasado año «rompen la tendencia en Palma» puesto que en la capital balear se consiguió más de la mitad, más de 3.000, de los nuevos donantes.

En cuanto a la donación por aféresis -aquella que dona únicamente uno o diversos componentes de la sangre y devuelve al torrente sanguíneo el resto-, el titular de Salud indicó que su donación ha experimentado un incremento del 17,4 por ciento. Concretamente, se realizaron 2.777 donaciones, frente a las 2.365 de 2007.

Thomàs agradeció a los donantes esta «muestra de solidaridad» y señaló que este aumento se podría deber al incremento de la presencia de los autobuses de la Fundación Banco de Sangre y Tejidos (Fbstib) en las calles puesto que, según apuntó, para «captar nuevos donantes se necesita hacer la donación más accesible». No obstante, también existe un punto fijo de donación en la sede de la entidad.

Tranquilidad

Todas estas cifras han conseguido que la Comunidad pase de una «tener que comprar sangre a una cierta tranquilidad», consideró Thomàs. No obstante, remarcó que no se debe «bajar la guardia» por lo que hay que trabajar en la captación de nuevos donantes y fidelizar los que ya se tienen. En este sentido, recordó que son potencialmente buenos donantes las personas de entre 18 y 65 años con un peso superior a los 50 kilos.