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Hace unos veinte días Lina Torres, Norma Tur y Josefina se encontraron en el aeropuerto de Eivissa después de mucho tiempo sin verse. «Ese día hablamos todo los que no nos habíamos contado en años», comenta Lina riéndose. Las tres habían nacido y pasado parte de su infancia en las calles de sa Penya, uno de los barrios, en la actualidad, más abandonados de Eivissa. De ese encuentro casual nació la idea, espontánea y privada, de hacer una serie de actividades para «recuperar para nosotras, para los vecinos que ahora viven aquí y para los que lo hicieron, este barrio donde crecimos», añade Norma mientras elabora pequeños muñecos navideños que coloca en un árbol. Por la mañana, en la plaza de Sitis organizaron varios talleres para decorar la plaza. Unos seis niños que son residentes actuales de sa Penya se acercaron a esta plaza y durante largo rato estuvieron colaborando con la decoración. «Hemos hablado con los que residen actualmente para que vengan si quieren y también con la Asociación de Vecinos de Sa Penya», explica Norma Tur. Por la mañana se dedicaron, con ayuda de la madre de Lina y de su hermana, Esther, a decorar toda la plaza y ya por la tarde prepararon una merienda. «Hemos pedido que traigan cosas, como vi pagès, sobrasada y también habrá cocas, que hemos comprado con un dinero que nos ha dado la asociación de vecinos», comenta Lina Torres.

Piensa repetir de la cita, «con algo más de preparación y, seguro, con más participación», asegura Norma. Para ellas, sa Penya es un lugar muy importante ya que guardan muchísimos recuerdos de su juventud. «Si la gente que era del barrio ya no sube hay que hacer algo para que podamos juntarnos», añade Lina Torres. También pidieron que la gente llevara fotos antiguas para recordarse e intercambiar «viejas historias», como la del cumpleaños de la propia Lina, donde todos los niños que eran vecinos entraban en su casa a comer tarta y a celebrarlo juntos. Más de veinte años después se vuelven a reunir en la plaza de sa Penya. N. Salazar