s una niña muy especial que está al nivel de sus compañeros de clase. Le encanta estudiar y tiene grandes habilidades para aprender», comenta sobre Patricia Macías Morales su profesora de apoyo, Sole, que se ha convertido en su amiga y «confidente», como la misma Patricia la define. Actualmente estudia 2º curso de ESO en el instituto Quartó de Portmany, en Sant Antoni, donde reside desde que llegó a España cuando tenía 8 años. «Entonces apenas conocía el alfabeto braile. Mi madre me enseñó las letras del alfabeto porque hizo construir en Ecuador unas tablas de madera en las que se introducía unos palitos», explica. Tras estos años en Eivissa ha conseguido alcanzar a sus compañeros de clase, lee y escribe en braile y se maneja de forma admirable con su ordenador «parlante». «Aquí tiene el material didáctico especial y apropiado para ella y gracias a la ONCE puede tener el programa informático que le permite usar un ordenador normal», explica su madre, Leonor. El precio de este tipo de materiales serían demasiados costosos para esta familia. Sólo el programa cuesta unos 1.800 euros. «Sin ayuda no podríamos comprarlos», afirma Leonor.

Pero Patricia no tiene sólo que esforzarse, como cualquier adolescente, con sus estudios, sino que encuentra algunas dificultades y obstáculos añadidos cuando sale a la calle. Maneja el bastón desde que tenía nueve años y su memoria «se podría decir que es extraordinaria», comenta orgullosa, la ayuda a orientarse en su camino al colegio o si quiere ir a comprar alguna cosa. «Conozco muy bien el camino a casa, pero, por ejemplo, en verano, en esta esquina colocan mesas y sillas del bar y, claro, me desoriento muchísimo y me puedo perder», explica Patricia Macías. Otros impedimentos que encuentra son los coches aparcados invadiendo los pasos de cebra o algún vehículo, como bicicletas e incluso motos, estacionado en la misma acera. «Esta moto no debería estar aquí», afirma sonriente al detectar y esquivar el gran obstáculo.

Le encanta la música, una de sus grandes aficiones, y sobre todo la cantante Merche, de la que enseña orgullosa una foto dedicada. Cuando se le pregunta qué quiere hacer de mayor, afirma sin vacilar: «Me encantaría ser cantante y también psicóloga», comenta entre risas. Natalia Salazar