C.ALCÀNTARA

Un 10 por ciento del alumnado tiene una difícil situación personal Alrededor de un 10 por ciento de los alumnos del instituto Algarb de Sant Jordi tiene situaciones personales que se pueden calificar como difíciles: familias desestructuradas, con problemas sociales y económicos que se implican poco en el proceso educativo de los hijos, lo que repercute en la convivencia, motivación y el rendimiento académico.El Algarb pone freno al fracaso escolar Un 8 por ciento de los alumnos del instituto son extranjeros El 8 por ciento de los alumnos del instituto Algarb son extranjeros y hay matriculados alumnos de 17 nacionalidades. Alrededor del 70 por ciento ha nacido en la isla y hay un porcentaje similar de castellano parlante. El nivel socioeconómico de las familias de los alumnos es medio-bajo. El nivel académico de los padres es elemental.Un instrumento para mejorar la percepción del sistema educativo El Anuario de la Educación de Balears, editado por la Universitat de les Illes Balears y Caixa Colonya, va ya por su quinta edición. Contribuir a situar el tema de la educación en el centro de la preocupación de la sociedad balear es uno de los objetivos principales de este informe dirigido por Martí March.

Con 114 alumnos en sus programas de atención a la diversidad durante el curso pasado, una de las prioridades del equipo directivo del instituto Algarb de Sant Jordi ha sido impulsar actuaciones consensuadas para atender a los alumnos con necesidades educativas y específicas y dar respuesta a la diversidad creciente del centro siempre con unas perspectiva integradora. Dentro de estas actividades figura los programas de intervención socioeducativa PISE y Alter dirigidos a a alumnos inadaptados que rechazan la institución escolar.

La Logse establece la obligatoriedad de la educación secundaria hasta los 16 años pero algunos de ellos sin haber cumplido esa edad estan desmotivados y no tienen ningún interés en estudiar. Una situación que genera actitudes negativas y comportamientos que alteran el funcionamiento normal del aula. Según el instituto, un 4 por ciento de los menores de 16 años están desmotivados, son absentistas y tienen un mal comportamiento en las aulas, sobre todo los de segundo de ESO y , sobre todo, chicos. A ellos van dirigidos estros programas de intervención socioeducativa.

El Anuario de la Educación de Balears, dado a conocer la semana pasada, recoge la experiencia de los programas Pise, con aulas de taller externos, y el que ahora se desarrolla, el Alter, en el Algarb. De hecho , el Pise no se pudo aplicar en 2007-2008 al no disponer de los recursos para contratar a un trabajador social.

En cuanto al Alter, que surge como una iniciativa de prácticas formativas en empresas que tiene un cariz preventivo y se dirige a jóvenes que tienen un elevado riesgo de fracaso escolar, la valoración ha sido positiva consiguiendo cumplir el 44 por ciento de los objetivos del programa realizado estos últimos tres cursos en el que han participado nueve alumnos, sólo uno abandonó el programa por curso cubriéndose las vacantes. En el estudio del programa Alter realizado por Rafael Recio, director del cetro, y Carolina García, incluido en en Anuario de la Educación, se destaca que uno de los logros obtenidos es una atención individualizada más práctica y flexible mejorando la convivencia escolar; los alumnos han aprovechado la formación de las empresas asistiendo con regularidad a las prácticas; hay una implicación y colaboración de las familias que han seguido la evolución de sus hijos y, además, el Ayuntamiento de Sant Josepo se ha implicado para reducir el absentismo y prevenir la exclusión social. Para este curso escolar se han propuesto cuatro alumnos, todos ellos son repetidores.

Pese a los esfuerzos para atender la diversidad y reducir la conflictividad, hay un sector reducido de alumnos entre los 14 y 16 años, que son incapaces de seguir la enseñanza reglada de ESO y necesitan una formación más profesionalizada y atención más indivuidualizada. Los profesores destacan que estos programas han de ser vistos como una medida excepcional y de ninguna manera han de ser considerados como una salida marginal del sistema educativo.