Un ejemplar de buitre común volando tierras baleares. Foto: FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL BUITRE NEGRO

Estábamos en Sant Ferran comiendo y vimos pasar volando a un buitre leonado. El martes pasado también vimos uno sobrevolando el párking de al lado de nuestra oficina y justo ayer volví a ver no sé si al mismo ejemplar o a otro en la zona de Sant Mateu», explica todavía sorprendida la geógrafa Lina Torres: «La verdad es que no podía salir de mi asombro, sobre todo cuando vimos al de Formentera». Las corrientes de aire de poniente originadas por el último temporal provocó que unos 90 buitres leonados desviaran su trayectoria de migración habitual y pasaran por Balears, la mayoría en Menorca, unos 40 en Mallorca y tres o cuatro en Eivissa: «Los ejemplares más jóvenes suelen migrar; dedican sus primeros años de vida a moverse y se desplazan del norte al sur, concretamente, a Àfrica. Es absolutamente inusual que pasen por Balears porque están muy desviados de su recorrido habitual de migración», explica Juan José Sánchez, presidente de la Fundación para la Conservación del Buitre Negro (BVCF), que con el paso de los leonados por Balears aprovecharon para hacer unas observaciones de esta especie: «Nos hemos dado cuenta de que están bastante desnutridos. Los buitres leonados sólo toman tierra para comer y dormir y en Balears hay un único comedero en Mallorca». Según afirma Sánchez, los buitres pondrán rumbo a Àfrica cuando se estabilicen las condiciones meterológicas: «La migración se produce de manera escalonada. Hay algunos ejemplares que ya se han ido y otros que todavía están por aquí». Cuando abandonan la juventud, los buitres comunes abandonan las migraciones: «Se asientan donde han nacido, generalmente. Casi como los humanos», cuenta Sánchez. María José Real