Momento en el que los consellers aprueban la caducidad de la licencia que generó históricas protestas e incluso la inhabilitación de cuatro políticos municipales por 'rebelarse' contra el macropro- yecto de mil plazas previsto en esta zona de Migjorn. Todos los grupos políticos estuvieron de acuerdo.

GUILLERMO ROMANÍ

Con una gran afluencia de público, algo que en Formentera sólo se produce en sesiones como la toma de posesión de alcalde o presidente del Consell, la institución decidió ayer por unanimidad de los consellers presentes en el pleno aprobar la caducidad de la licencia de obras que tenía Formentera Club S.A. para la construcción del camping de Ca Marí.

Aunque faltaron tres consellers del PP y uno de GxF, con su presencia el resultado hubiera sido el mismo, unanimidad total porque este paso, tras 20 años ha sido uno de los más esperados por la sociedad de la isla.

El máximo responsable de Obras y Urbanismo, Bartomeu Escandell, fue el encargado de explicar los nueve folios historia del procedimiento y de los razonamientos jurídicos que habían decidido al Consell a aprobar la caducidad de la licencia. Según Escandell, el primero de los puntos era que la licencia se otorgó hace más de quince años, que las obras no se han ejecutado y que, por tanto, se han incumplido los plazos de inicio y ejecución de obras establecidos en la Ley Balear de Disciplina Urbanística.

Sin opciones

Además, señaló Escandell, las obras previstas en el proyecto no podían ejecutarse ya que les faltaba la autorización necesaria para ejecutar las obras previstas en la zona de servidumbre de protección, una autorización que ya no podrá obtener la promotora por diversas normativas.

En este sentido, se dejó claro por un lado que la declaración de interés social otorgada en febrero del 87 no es suficiente para edificar en terrenos Àreas Naturales de Espacial Interés (ANEI), ya que, como recoge la Ley de Espacios Naturales (LEN), en este tipo de suelos sólo pueden construirse edificaciones declaradas de utilidad pública. Pero, además, las obras del camping de Ca Marí situadas en ANEI de alto nivel de protección, como la mayor parte del bar restaurante, de la zona deportiva con piscina y del edificio de vestuarios, con sus correspondientes terrazas, que llegaban a a los 4.000m2, no encajan con ninguna de las obras permitidas en éste ámbito por la LEN y por tanto están directamente prohibidas.

Por último Escandell argumento que la presentación de un proyecto de adecuación ante la administración competente para autorizar las obras en la zona de protección, así como ante los tribunales, revela la voluntad de la promotora «de no ejecutar las obras objeto de las licencia otorgada por el Ayuntamiento de Formenetera en 1992»; y al mismo tiempo la normativa subsiguiente -como son las NNSS de Formentera, Len, DOT, PTI y Ley de Costas-, el expediente se inició en 1986, ha provocado la eficacia del título habilitante por lo que cualquier nuevo proyecto que presente la promotora deberá ser un nuevo proyecto al que se le aplicará la normativa vigente que impide el uso en determinados terrenos.

Más del 50 por ciento de los 70.000m2 del solar están afectados por ANEI y el resto es suelo rústico, lo cual imposibilita de forma total la pretensión inicial de construir más de 300 bungalows con un global de 998 plazas.

Los partidos en la oposición, GUIF y PP coincidieron e denegar la licencia pero acusaron al presidente del Consell, Jaume Ferrer, de hacer el anuncio de este pleno extraordinario con motivo de la convención de su partido, GxF. Ferrer obvió las críticas y se limitó a hacer un parlamento, de pie, señalando que se trataba de un día de extrema importancia para Formentera, «el día del que el convencimiento y la voluntad y el trabajo de todo un pueblo obtiene una recompensa a muchos años de esfuerzos, luchas y sufrimientos en la defensa de su territorio» y al mismo tiempo rindió homenaje a los cuatro concejales, dos del PSOE y dos del GUIF, que siguiendo los dictados de la voz popular se opusieron a la construcción del camping y por ello fueron condenados a multas económicas y seis años de inhabilitación de cargos públicos. Finalmente dio la rpalabta al que fuera alcalde y anteriormente portavoz de la Coordinadora de Entidades Cívicas, Isidor Torres que leyó el mismo manifiesto del 5 de noviembre de 1993 durante la huelga general, la primera de la historia de Formentera con motivo de la construcción del camping.