Cáritas Diocesana ha dirigido una carta a los responsables políticos de las instituciones de Eivissa y Formentera, Consells y los ayuntamientos, para que sus presupuestos sean solidarios. «En esta situación de crisis y precariedad más grave y dificultades de todo tipo para la población es tiempo de abrir las puertas de nuestros corazones, personales e institucionales, para tener una atención especial para los que más lo necesitan», dijo ayer el delegado episcopal de Cáritas Eivissa, Miguel Àngel Sánchez, que extendió esta petición al resto de la población.

En su opinión, «no todas las administraciones dedican lo que la ley marca en servicios sociales». Ante el aumento de la pobreza en Eivissa en este último año y la petición que realizó la entidad a los servicios sociales municipales de la isla de que tomara medidas, Cáritas asegura que «hay una sensibilidad a este problema y probablemente una voluntad política para hacerle frente», aunque señaló que «es posible que falten mecanismos administrativos ágiles para trasvasar fondos en los presupuestos y no se actúa con la suficiente eficacia y prontitud». «La situación ha llegado a ser angustiante y tuvimos que pedir ayuda a las administraciones porque sino Cáritas no podía ofrecer, a partir de septiembre, las comidas calientes», recordó.

El VI informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España 2008 hace una radiografía de la realidad social de nuestro país, analizando la situación de todas las comunidades, incluida Balears, desde 1994-2007. «El informe tiene la virtud de analizar tendencias y poner a la luz estructuras. Lo más importante no son las cifras sino ver cómo funciona la sociedad española», añadió.

La tasa de pobreza en Balears, según el informe, es de un 11,8% de la población. Otro dato significativo es que hay un 2% de hogares sin ningún ingreso. La situación de Eivissa es similar a la media de Balears, «no creo que haya diferencias porque el nivel de vida y el modo de vida es muy semejante», precisó

El informe recoge que la precariedad alcanza a a una amplia capa de la sociedad y la exclusión severa al 5,3% de los hogares españoles. Los grupos de personas más vulnerables son mujeres, mayores, niños e inmigrantes, si hay una combinación entre los grupos, como mujer, mayor e inmigrante, «entonces estamos en una situación de verdadera penuria». La tasa de pobreza infantil en España es una de las más altas de la Unión Europea.

El delegado diocesano destacó una de las primeras conclusiones: sucede lo mismo que hace 20 años. «En un país en el que se ha progresado enormemente desde el punto de vista económico y social, ha subido el nivel medio, sigue habiendo un 20 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza», subrayó. El término de pobreza hay que situarlo en espacio y tiempo, «no estamos hablando de la miseria extrema de algunos países de Africa donde la gente se muere de hambre», sino de un nivel de vida que pone a la persona por debajo del 60% de los ingresos medios por año, que en estos momentos la encuesta de condiciones de vida del INE fija en 6.895 euros por persona y año, «las personas que no alcanzan esa media están situadas por debajo del umbral de la pobreza». Entre el 2,6 y el 4% de la población tiene pobreza extrema. «Para un país como el nuestro que quiere entrar en el G8 y en primera línea de los países avanzados resulta ser un índice muy significativo».