El clima de bienestar social en las Islas se está degradando de forma alarmante a causa de la crisis ecómica y la precariedad laboral existente, ya que el 30% de la población balear está rozando el umbral de la pobreza, según indicaron ayer fuentes de Cáritas Diocesana, en la presentación del informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en nuestro país en 2008.

En estos momentos, el 18% de la población vive ya en unas condiciones que se pueden catalogar de pobreza, ya que perciben al año menos de 6.895 euros.

Desde Cáritas afirmaron que en estos momentos se percibe un agravamiento de la situación, porque hay una franja de la población que vive en unas condiciones de gran vulnerabilidad económica que, en caso de que no reciban ayudas, pueden superar el umbral de la pobreza.

Representantes de Cáritas aseguraron que esta situación no se vivía en las Islas desde el «boom» inmigratorio del año 2001.

Según la organización, la consecuencia de este hecho es que la crisis ha provocado un aumento del 30% en las demandas de ayuda directa en lo que va de año con respecto a 2007, y la mayor parte de este incremento obedece a peticiones realizadas por personas a las que la crisis les ha sobrevenido y se han encontrado repentinamente en una situación delicada.