Las entidades financieras están empezando a verle las orejas al lobo de la crisis algo que, unido a la función social propia de las cajas de ahorro, ha llevado a Sa Nostra a crear dos líneas especiales de crédito por valor de 202 millones de euros que servirán para poner en marcha herramientas que permitan capear el temporal a los clientes más afectados por la recesión.
Esta actuación se centrará en las 'situaciones transitorias' «de aquellos que tienen problemas con sus préstamos, afectados por una coyuntura desfavorable, con una situación que no les permite afrontar la deuda de la vivienda o que sufren dificultades económicas de forma transitoria», señaló Alzamora.
Dentro de las 'situaciones transitorias' una parte de las ayudas se centrará en la novación (cambio de términos) de los créditos, ampliando el plazo del préstamo, modificando las cuotas o estableciendo carencias de capital (sólo se pagan intereses, reduciendo el importe de la letra).
Otra posibilidad es la dación, es decir, una compra-venta del inmueble por la que queda cancelada la deuda y que ofrecerá la posibilidad de que el cliente siga en el piso en régimen de alquiler. «E, incluso, esos pagos de alquiler podrán contabilizarse de cara a una posterior recompra por el inquilino», destacó Fernando Roig, director de zona de la caja.
En esta línea, Sa Nostra también incorporará un modelo de hipoteca inversa para los mayores de 65 años y de un préstamo de hasta 20.000 euros que se recibirá en mensualidades durante un máximo de dos años, periodo tras el cual se deberá iniciar la devolución.
Casos extremos
La segunda línea de actuación se centra en las 'situaciones especiales', «ayudas extraordinarias para las personas que sufren dificultades excepcionales para cumplir con sus pagos debido a accidentes, enfermedades graves o situaciones críticas», explicó Alzamora.
En este plan, dotado con dos millones, se incluye la posibilidad de reducir total o parcialmente el tipo de interés en el préstamo, así como la compra-venta de la vivienda con la opción de vivir en régimen de alquiler con un pago mensual reducido que también podría usarse en una posterior recompra.
«En situaciones difíciles es cuando las cajas volvemos a nuestros orígenes, cuando fuimos creadas para ayudas a las familias y evitar toda la usura que se producía», aseguró Roig.
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