Antich lee su discurso.

JUAN MESTRE

El president del Govern, Francesc Antich, reconoció ayer en la primera sesión del debate de política autonómica celebrada en el Parlament que existe mucha desconfianza hacia los políticos por culpa de la corrupción, pero anunció que su gabinete quiere evitar que «el comportamiento corrupto de algunas personas afecte la confianza que los ciudadanos necesitan tener en las administraciones». Y añadió que se está preparando «una norma del buen gobierno» para marcar estrictamente las líneas de conducta de los responsables políticos de las instituciones.

Vicens

Antich no esquivó el debate sobre la corrupción ni siquiera cuando justo delante de la tribuna donde intervenía el president se encontraba Bartomeu Vicens, imputado en el «caso Son Oms» y que hoy deberá declarar ante el juez. Al principio y al final del debate, Vicens acaparó más atención de los medios gráficos que el propio Antich.

El president del Govern centró el debate en la crisis y la corrupción. Utilizó en 22 ocasiones la palabra crisis y sólo dos veces usó el término corrupción.

Antich recalcó que la austeridad, la transparencia y el rigor en la administración pública es una prioridad del Govern. «Aún así, el control sobre la administración debe ser compatible con la agilidad y la eficiencia de la tramitación pública. Rigor y eficiencia», subrayó Antich.

Causas de la crisis

La crisis económica ocupó prácticamente la mitad del discurso del president. Antich planteó que la prioridad de su gobierno es mantener los puestos de trabajo. A la hora de analizar los motivos de la crisis, Antich señaló que se ha desmoronado un modelo económico ultraliberal, de crecimiento voraz y sin límites ni controles. «Es evidente que en Balears no hemos creado la crisis, pero coincido que, desde hace tiempo, se ha promovido un modelo de crecimiento artificial, también de burbuja, donde la especulación, los beneficios rápidos y sin esfuerzo, habían tomado una clara sobredimensión en el mercado. Y ahora pagamos las consecuencias», subrayó Antich.

El president del Govern asumió que su gabinete y las instituciones de Balears tienen un margen de actuación limitado para hacer frente «a una tormenta de la cual nadie todavía prevé el alcance ni el final». «No tengo ninguna duda de que saldremos de la crisis. Somos un pueblo cortado por la piedra del esfuerzo, el trabajo, el sentido común y la superación», recalcó Antich.

Emprendedores

El jefe del gabinete autonómico insistió en que Balears es un pueblo «de trabajadores y trabajadoras, de autónomos, de pequeñas y medianas empresas que desde el mundo del comercio, la industria, los servicios, la construcción o el campo está acostumbrado a remar fuerte».

«Más de un millón de personas de tradición emprendedora y que no se acobardan ante las dificultades. Más de un millón de personas que tienen grandes capacidades, de una gran proyección internacional y de experiencia en turismo, que es una de las actividades que tiene más capacidad de resistencia ante las dificultades económicas», ensalzó el líder socialista.

Antich citó algunos de los sobre costes de obras impulsadas la pasada legislatura, pero el tono que utilizó durante su intervención no fue precisamente de reproche al PP. Antich optó por rebajar el debate de la corrupción consciente de que uno de los diputados que le apoyan tiene graves acusaciones judiciales.

Hoy continuará el debate con la intervención de todos los portavoces parlamentarios y con el esperado «cara a cara» entre Antich y Estarás.