Amélia Torres Roig (1952) es maestra de educación infantil. Lleva 33 años al frente del Llar d'Infants Ditets dedicando su «energía y tiempo a aprender, enseñar, convivir, investigaer y compartir» con los niños y sus familias. También colabora con la Asociación para la Docencia e Investigación en Salud Mental y la Asociación de Guarderías Infantiles de la Pimeef.
-Con su experiencia ¿En qué se parecen los niños de ahora a los de generaciones pasadas?
-Tienen un desarrollo madurativo, emociones, sentimientos, afectos y capacidades igual que antes y diferente en que ahora tenemos más conocimientos de sus procesos y podemos actuar en consecuencia. Echo de menosd un equipo interdisciplinar.
-¿Tiene hijos de antiguos alumnos? ¿Se parecen en sus comportamientos?
-Sí, tengo «la segunda generación». Es una vivencia apasionante, aparte de muy emotiva; imagínate cuando veo entrar por la puerta un ex alumno que me viene a presentar a su hijo, lo primero que hago es mirar al bebé, a ver si me recuerda a sus padres.
-¿Guarderías, escoleta o jardín infantil? ¿Qué nombre prefiere?
-A mí me gusta Llar d'Infants, sobre todo ahora que tenemos primera etapa de 0-3 años. La palabra me suena lo más parecido a «una gran familia». Al margen de la palabra, creo que lo importante es que los padres sepan el trabajo que hacemos con sus hijos.
-El colectivo de guarderías presentó alegaciones al Plan de 0-3 años del Govern ¿Está de acuerdo?
-En principio estoy de acuerdo porqué es un plan regulador de este sector que tiene buenas intenciones. El plan es posible aplicado a los centros de nueva creacción ya que antes de abrrir se piden unos requisitos. Con los que ya funcionan es diferente ya que en muchos casos es imposible cumplirlos. No sería justo que los centros que hemos dado este servicio, con nuestro esfuerzo para ofrecer calidad sin ayudas por parte de las instituciones tuviéramos que cerrar y dejar a niños y trabajadores en la calle.
-¿Cumple su centro con los requisitos?
-Cumple el más importante, el relacionado con el personal. Somos un equipo de trabajadoras formadas y con experiencia. Respecto al local estamos en una zona de edificación consolidada donde algunos requisitos son inviables. Esto lo saben los coordinadores del plan 0-3 y están estudiando el tema de cada centro.
-¿Un cachete a tiempo es un buen método?
-Creo que hay otros métodos más eficaces y pedagógicos. Los niños entienden de autoridad, no autoritarismo, sin cachetes. Hablarles con cariño pero con firmeza y y con límites suele ser un remedio eficaz.
-Por su centro han pasado niños que ahora son políticos. ¿Cómo eran?
-Han pasado de todos los partidos y colores. Tanto los niños como las familias de los políticos son como los demás. Respecto a los políticos padres suelen ser muy dialogadores, se interesan mucho y valoran el trabajo. Son parecidos tanto los de un partido como los de otro. Quieren lo mejor para sus hijos.
-¿Qué hace para no perder los nervios con los niños?
-Con los niños aplico el sentido del humor, respetan más cuando te ríes, y otras veces respiro hondo. No hay que perder los nervios, ni con los niños ni con nadie.
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