Hace un año ya que el Ayuntamiento de Eivissa ha comenzado a ejercer su facultad de inspección de los inmuebles del casco histórico con una herramienta jurídica bajo el brazo como es el registro municipal de solares. Una figura legal incluida en la Ley del Suelo de 1975 que indica que cuando propiedad pasa a formar parte de este registro por su estado ruinoso, el propietario tiene dos años para arreglarla, sino, el inmueble será subastado.

En esta situación se encuentran en la actualidad una decena de inmuebles de Sa Penya, La Marina y Dalt Vila debido a que han sido declarados en ruina e incluidos en el registro, por lo que el plazo de dos años ha iniciado su cuenta atrás para los propietarios. Por otra parte, otros diez inmuebles comenzaron su andandura por el mismo camino, después de que las inspecciones dieran como resultado el inicio de sus expedientes de ruina. Éste es el primer paso hacia la declaración de ruina, que continúa con la inclusión en el registro municipal de solares y finalmente la posibilidad de subasta, sin olvidar los recursos legales que pueden interponer los afectados ante el expediente inicial.

Desde la concejalía de Vivienda y Núcleo Histórico, el concejal Marc Costa hace una «valoración positiva» del primer año de funcionamiento del registro municipal de solares porque «muchos de los propietarios que han sido notificados de que su edificio corre peligro de subasta se han puesto a cumplir con su obligación». «Tenemos que decir que ha tenido un efecto positivo: algunos propietarios han presentado un proyecto para pedir licencias con el fin de arreglar su casa, otros piden información y otros quieren vender. Esto es algo que antes no pasaba porque una vez que la propiedad se declaraba ruina la cosa se quedaba ahí», apuntó Costa.

Ahora, con el registro en marcha el Consistorio puede ejercer su facultad de inspección, según el edil, «con un final cierto». Porque si bien Costa señala que el objetivo de esta medida «es el cumplimiento de la responsabilidad del propietario», reconoce también que «ante esta amenaza la gente ha empezado a reaccionar y esa es la diferencia, un diferencia importante».

Costa explicó que el Ayuntamiento de Eivissa es el único municipio de Balears que cuenta con el registro municipal de solares, un instrumento que, según señaló, «evita la relajación».

Entre otras acciones llevadas a cabo por la concejalía para la renovación de Sa Penya, La Marina y Dalt Vila, cabe destacar la compra de otra casa ruinosa en la calle Gall para abrir un callejón que conecte Sa Penya, junto a la plaza Sa Drassaneta.

«Lo que buscamos con esto es el cumplimiento de las responsabilidad del propietario, que es tener su casa arreglada, si puede», apuntó también el concejal de Núcleo Histórico Marc Costa quien recordó además que los propietarios de viviendas ruinosas que no tengan capacidad de rehabilitarlas también pueden pedir lo que puede ayudas a la administración. «Tanto el Consorcio Eivissa Patrimonio de la Humanidad como el Govern balear, a través del Instituto balear de la Vivienda (Ibavi), tienen ayudas abiertas para colaborar con la rehabilitación», apuntó Costa, sobre las subvenciones que pueden recibir los propietarios.