Los ocho hermanos 'Pilot' después del homenaje que recibieron. Fotos: GERMÁN G. LAMA

El mayor de todos es Pep que nació en 1915, un año después lo hizo Maria, Joan nació en 1918, Catalina nació en el año 1921, Antoni en el año 1923, Josefa lo hizo en 1926, dos años después lo hizo Margalida y Antonia nació en 1932. Son los hermanos Ramon Bonet de Can Pilot. Todos juntos recibieron ayer un emotivo homenaje en su pueblo, Sant Rafel, donde asistieron a la misa que fue oficiada por el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura. Junto a sus hijos, nietos, sobrinos y vecinos festejaron que están todos juntos tantos años después.

El homenaje fue organizado por el Club de Personas Mayores de Sant Rafel que preside Pep Tur. «Es la primera vez que organizamos una fiesta homenaje a personas tan mayores. Queríamos celebrar que están los ocho hermanos juntos y que gozan de buena salud», comentó Tur.

Los ocho hermanos han tenido en total 20 hijos, 41 nietos y ya tienen 3 bisnietos. «Mi padre, Pep, que es el hermano mayor y que ya ha cumplido los 93 años no quiere llevar bastón porque dice que hace muy viejo», comentó entre risas Pep Ramon.

A la salida de la iglesia también pudieron disfrutar con una muestra de ball pagès a cargo de la Colla de Sant Rafel. Y al concluir todos juntos, amigos y familiares, se dirigieron al bar El Cruce, donde celebraron una comida. Allí recibieron regalos, flores y unos platos de cerámica con la imagen de la iglesia del pueblo. «Son una familia muy católica, muy seria y siempre han estado muy unidos», comentó un amigo de la familia y también familiar lejano, Bernat de Ca na Rafaela. Muy emocionado comentó que se conocen de siempre y que él iba con los hijos de los hermanos Pilot a la escuela. «Nosotros también somos familia numerosa, somos siete hermanos. Lo que ocurre es que somos algo más jóvenes que ellos», añadió.

Los hermanos Pilot se dedicaron siempre al campo. «Los hijos nos hemos dedica a otras profesiones porque del campo ya no se podía vivir», explico el hijo de Pep, el hermano mayor. A pesar de tener 93 años y de no querer llevar bastón para apoyar sus pasos confesó que: «Es una fiesta perfecta y molt polida». Sólo queda desearles molts anys y bons.