«El Don de Ibiza». Sólo Rosario Nadal le quita protagonismo al único ex ministro de la isla en el número 2 de la versión local de la muy americana Vanity Fair, que abrió el mes pasado su aventura española con una entrevista a Rania de Jordania. En el texto se habla de familia, vanidad, dinero... Hasta 3.000 millones de euros calcula la entrevistadora, Mayka Paniagua, que tampoco olvida la polémica: la política y los negocios, las carreteras y el golf, la arena, la hija que fue consellera de vías y obras, ahora imputada por presunto tráfico de influencias.

«El Don de Ibiza», «Nuestro Señor», como dice uno de sus asalariados, «ha llegado a la hora convenida». Toda la familia espera para la entrevista y las fotos. Consabida pose en el salón. «¿Quién soy yo?», pregunta el abuelo. «¡El súper abuelo mágico!».

En sus cinco páginas couché Matutes y la autora hacen un recorrido por la vida entera de este hombre «con sangre corsaria», pasando por los tiempos de la banca, los astilleros, la alcaldía con Franco, el cargo de senador y el de ministro. Finaliza la entrevista con el asunto de las carreteras: «Las críticas estaban hechas desde la aspiración política de gobernar y se ha demostrado. Los que se oponían hace dos años, ahora gobiernan. Tuvieron paralizado el proyecto un año pero, cuando llegaron al poder no cambiaron ni un mojón».

Matutes confiesa que lo suyo es la empresa, pero que se dejó engatusar por la política por «vanidad y un deseo de contribuir a la sociedad». «Ni entonces ni ahora necesito de la política para hacer dinero», dice.

Entre otros asuntos, el ex ministro habla a la periodista de que los atunes que pesca en el Aiglon se los regala a Caritas, de que «sólo el 4% de la costa [de la isla] está construida», y recuerda también, la autora, que el abuelo de Matutes fue quien llevó la electricidad a Eivissa, que hasta entonces se alumbraba con gas.

La entrevista incide también en el la do humano del personaje, un hombre «que no ha cambiado, que tutea por igual al capataz de sus obras que a los jefes de Estado, diplomáticos o personajes como Julio Iglesias o Úrsula Andres».