alamanca es una ciudad preciosa; me hubiera quedado más días. Volvería sin dudarlo porque me encanta viajar», explica Ana Escandell, una balladora de la colla Sa Bodega que con 12 años ya ha visitado Portugal, Mallorca y Salamanca por viajes relacionados con esta agrupación de baile tradicional.

En esta ocasión, la pequeña Ana y su madre visitaron Salamanca con motivo del vigésimo aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Para este aniversario tan especial, el ayuntamiento salmantino organizó un desfile para mostrar al público los trajes típicos de las ciudades patrimonio que finalmente pudieron acudir a esta celebración.

Para este acto tan importante, Ana lució su traje de baile y estuvo acompañada por un joven de la ciudad que lució la vestimenta masculina, prestada por Carmen Tur, presidenta de la colla Sa Bodega. «El Ayuntamiento de Salamanca quería tener los trajes de cada ciudad patrimonio. En nuestro caso no pudimos cederlos porque el de mi hija está hecho a medida y lleva joyas de oro que no se pueden ceder. No es un traje que se pueda poner cualquiera porque, por ejemplo, tardé tres cuartos de hora en vestirlas», afirma Catalina Prats, madre de Ana, quien añade que las personas que presenciaron el desfile mostraron mucho interés por los trajes ibicencos: «Mi hija estaba desfilando y la gente le preguntaba si las joyas eran realmente de oro o si el traje daba mucho calor. En cierta manera sentí reparo porque muchos se quedaron fascinados con el traje de Eivissa y al resto no le prestaban mucha atención. Por ejemplo había un chico de Toledo que lucía una capa de su bisabuelo y no le hicieron mucho caso; me supo un poco mal». María José Real

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