a creatividad le ha llevado a incorporar una gran variedad de movimientos en sus espectáculos. Durante años, la ibicenca Ananda Aharshmi ha estado viajando para aprender los bailes típicos de cada país: «Estuve en Argentina aprendiendo tango, en Brasil aprendiendo samba, en Bali tomé clases de su danza típica. Todo esto me sirve después para crear mi propio estilo». En este sentido, durante su actuación de esta noche en Las Dalias a partir de las 23,00 horas mostrará al público un baile muy personal en el que emulará los movimientos sinuosos y delicados de una tierna princesa con toda la fuerza y pasión de una diosa guerrera: «Esta primera parte se completará posteriormente con los movimientos de la danza oriental tradicional, que parece que está un poco olvidada porque ahora está muy de moda mezclarla con el hip hop o el flamenco, por ejemplo». Ananda asegura ser una seguidora acérrima de la vertiente más pura de la danza tradicional: «Me encantan los movimientos, los trajes; me siento muy cómoda cuando bailo el estilo tradicional».

Esta ibicenca de 29 años reside en la actualidad en Suecia, donde imparte clases en un colegio y, por las tardes, a personas de todas las edades: «La verdad es que para dar clases en un colegio tienes que tener mucha paciencia porque muchos de ellos se sienten obligados. Por las tardes doy clases a mujeres de todas las edades, desde niñas de 13 años hasta mujeres de 60. En los centros de quiropraxia recomiendan mucho las clases de belly dance porque mueves todo el cuerpo», explica la bailarina, quien afirma que el baile es algo más que una afición o una profesión: «Para mí es la vida. Cuando no bailo porque estoy resfriada o tengo un esguince en el tobillo, mi cuerpo y mi mente lo notan mucho; lo necesito». Por esta razón, siempre se ve vinculada a la danza: «Nunca me he planteado dejarlo. Para mí lo mejor es estar sobre el escenario».

María José Real

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