El gobierno de Reino Unido está preocupado por los incidentes que protagonizan sus ciudadanos por el consumo excesivo de alcohol cuando están de vacaciones en el extranjero y que en el caso de Eivissa producen una idea de inseguridad. Esta sensación tiene parte de la responsabilidad de la caída del número de visitantes británicos este verano, según reconoció ayer la Secretaria de Estado de Asuntos Consulares de Gran Bretaña, Meg Munn, así lo reconoció ayer durante su visita a Eivissa para asistir a la inauguración de la remodelación del consulado situado en la avenida Isidor Macabich de Vila.
«Es cierto que los problemas hacen que venga menos gentes, por eso queremos trabajar con las Administraciones locales más estrechamente para conseguir un turismo más seguro», apuntó Munn. Por su parte, la cónsul, Helen Watson, apuntó que en Reino Unido «esta imagen es perjudicial porque la gente es cada vez más exigente cuando viaja», lo que relacionó con el descenso en un 13% de la llegada de británicos en el mes de julio al aeropuerto de Eivissa, según datos de AENA.
Campañas
Munn explicó que se están realizando campañas para promover un consumo responsable de alcohol «que están teniendo cierto éxito porque hemos notado un menor número de ingresos hospitalarios por éste motivo».
«Son campañas genéricas en las que tratamos de que tengan cuidado con lo que beben, que se preocupan por la ingesta excesiva de alcohol, tratar de no pasarse, saber lo que se toma y cuidar de los amigos que están borrachos», apuntó.
En este sentido, el alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores británicos reconoció que «las campañas van dirigidas a jóvenes, pero también a mayores de 55 años que puede que se tomen dos copas y piensen que pueden protagonizar una aventura poco apropiada para su edad».
Munn aprovechó su visita para asistir al acto protocolario de estreno de la sede remozada, «al que no es accidental que asista puesto que la de Eivissa es una oficina muy importante ya que tres millones y medio de británicos pasan por aquí cada año», pero también para entrevistarse con el presidente del Consell, Xico Tarrés, y con responsables policiales y sanitarios de las Pitiüses con el fin de «hablar de cómo podemos hacer las islas más seguras para el turismo joven británico, un destino muy popular y que queremos que lo siga siendo».
El consulado británico en Eivissa atendió el pasado a unas 2.200 personas, según explicó la responsable de la oficina diplomática, Helen Watson, que apuntó que el motivo más habitual de asistencia a sus compatriotas es la pérdida o robo del pasaporte. Además, en la sede consular se recibieron más de 5.000 llamadas solicitando información.
Por otro lado, Watson reconoció que los problemas inmobiliarios que sufren algunos británicos en otros puntos de España, «no son un motivo de consulta habitual en Eivissa».
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