Las Pitiüses finalizaron el año pasado como la región de Balears con unos mayores índices de siniestralidad laboral tras contabilizarse 3.397 incidentes, un 10% más que el ejercicio precedente, y situarse el índice de accidentalidad en 98'8 siniestros por cada 1.000 trabajadores, 20 puntos por encima de la media autonómica. Esta situación hizo que las Administraciones y los agentes económicos tomaran cartas en el asunto y desplegaran un plan de choque para acabar con los siniestros ocurridos en el tajo.

Estas actividades empiezan a dar sus frutos, según informó ayer la directora general de Salut Pública del Govern, Paula Liñán, tras asistir a en Eivissa a una reunión de la comisión de seguimiento del citado plan de choque. Atendiendo a los datos recabados por la Conselleria de Treball, entre enero y julio de este año se han registrado un total de 1.641 accidentes laborales una cifra que supone 80 menos que en el mismo periodo de 2007.

El dato, que no contabiliza los incidentes ocurridos en desplazamientos, los de los autónomos ni los de pluriempleados, supone una caída del 4'64% y supone el mejor registro desde 2.005, cuando se habían contabilizado 1.489 golpes, caídas o cortes en actividades laborales. Respecto al mes de agosto, sólo está disponible el resultado global de accidentes, que se situó en 315 incidentes, 115 menos que durante el mismo mes del pasado ejercicio.

El conseller insular de Treball, Joan Serra Mayans, resaltó que «hay que destacar que la caída se produce en un semestre en el que la afiliación a la Seguridad Social es el mayor registrado». Para evitar las distorsiones que supone la expansión o contracción del mercado laboral, el Govern elabora el índice de accidentalidad, un indicador que señala el número de siniestros por cada 1.000 empleados en activo. Según esta estadística, hasta julio se han registrado 45'18 incidentes por millar de trabajadores, 1'94 menos que en el mismo lapso de tiempo de 2007. Porcentualmente esto supone un 4'11% menos.

Lenta pero positiva
Los datos llevaron a Liñán a considerar que «la bajada está siendo lenta pero positiva». «Queda por ver cómo terminará la hostelería la temporada y el último trimestre del año, con la situación que se avecina en la construcción, también puede ser determinante», añadió. «El hecho de que la siniestralidad haya ido bajando todos los meses es un buen indicativo, aunque queda mucho por hacer», afirmó.

Según explicó, el sector servicios supuso el 56% del total de accidentes el pasado año, mientras que las obras fueron el escenario del 31% de los siniestros, «si bien, la construcción fue la que lideró los accidentes graves».

Liñán ofreció su visión sobre el motivo por el que los índices de siniestralidad son tan altos en Balears. La directora general exculpó a los empresarios y a los trabajadores «que se ven atrapados» en una situación marcada «por una administración anterior que actuó de forma negligente y unos servicios de prevención que no han hecho bien su trabajo».