El proyecto de regeneración de la cantera de Santa Bárbara a través de escombros de la construcción se inició en 2005, pero los resultados no han sido todo lo buenos que se esperaba. Una de las razones es que muchos de los materiales de obra que llegan hasta allí están mezclados con plásticos, vidrio, madera o metales, por lo que no se pueden aprovechar como relleno de la cantera. Hay que tener en cuenta que la montaña sólo se puede reconstruir a través del vertido de tierras y de escombros libres de residuos.

Para solucionar este problema, 'Reciclajes y Derribos Santa Bárbara', pertenciente a Herbusa, ha presentado un proyecto para construir una planta de selección que permitirá separar los escombros del plástico, el vidrio, el metal y los residuos tóxicos. De esta forma se podrá reciclar más, por ejemplo también el vidrio y el plástico, y se reducirá el volumen de residuos que van a parar al vertedero de Ca na Putxa. Con esta medida también se pretende evitar que las ruinas procedentes de los derribos acaben en mitad del campo en vertederos clandestinos.

El proyecto, que está en exposición pública en el Consell para poder recibir una declaración de interés general, prevé que la planta ocupe una superficie de 2.500 metros cuadrados. El área de descarga consistirá en una plataforma de 209 metros cuadrados que contará con una pendiente para que los lixiviados reultantes vayan a parar a un depósito de 15.000 litros de capacidad. La máquina de selección lleva un motor diésel de 75 Kw que rechaza el material férrico con un imán.

Evidentemente, esta actividad conlleva un cierto impacto medioambiental que también se analiza en el proyecto que se puede consultar en el Consell. Entre las molestias que puede generar está la gran producción de polvo que provoca el paso de camiones, algo que se intentará paliar con riego. El tráfico de vehículos pesados encontrará puntos conflictivos en los accesos de la planta, por lo que se deberá señalizar correctamente, y a nivel sanitario el principal peligro es la contaminación de las aguas, que se evitará con una plataforma de hormigón y la estanqueidad de los depósitos.

La planta de selección también puede producir ruidos molestos que pueden «perturbar a vecinos y a animales», según reza el proyecto, aunque se intentará paliar con mediciones semanales y las actividades siempre se llevarán a cabo en «horario diurno». El nivel de ruido justo al lado d ela máquina ronda los 90-100 dB, mientras que en el perímetro es de 63. Los gases emitidos a la atmósfera serán «inapreciables».

Todo el personal que trabaje en la planta deberá realizar un curso de seguridad y salud en la construcción.

En la evaluación de impacto ambiental que acompaña al proyecto se reconoce que la planta de selección tiene un cierto impacto visual desde zonas habitadas cercanas. Para evitarlo se creará una pantalla verde que oculte la maquinaria a través de una barrera de especies arbóreas. El proyecto propone la plantación de la especie eucalyptus globulus.