¿Por qué pagar 21? en taquilla si la barca a Eivissa cuesta 15 en cualquier otro sitio?

Como muestra podrían citarse demasiados botones. En la Savina y en es Pujols, los principales centros turísticos de la isla, no cuesta nada encontrar un letrero que anuncia que la barca a Eivissa les costará 15?, con el horario de los viajes al lado. Lo más sorprendente es que los establecimientos que expenden estos billetes son de todo tipo: Hostales, agencias de viajes, touroperadores, rent a car, taxistas, cibercafés e incluso un local dedicado al piercing y al tatuaje.

Y cuando uno habla con los responsables de algunos de establecimientos se limitan a encogerse de hombros y señalan los talonarios de billetes que tienen de una u otra compañía, porque eso sí, ningún establecimiento vende de las dos, sólo de una. Tampoco saben, o se hacen los sordos, cuando se les pregunta por la comisión que cobran por vender estos billetes, que son sensiblemente más baratos, seis euros menos por trayecto, que los que las navieras venden en las taquillas. Además, y lo dicen algunos usuarios del sistema que se enteraron por casualidad, «es mucho más sencillo», porque «compras el billete y te ahorras las colas de momentos punta en el puerto». Lo grave es que este sistema lleva funcionando desde hace años sin que nadie hubiera reparado en ello; algunos aseguran que antes sólo lo hacía una naviera y que desde que entró en el mercado la otra, los puntos de venta han aumentado considerablemente.

Todo ello lleva a la pregunta del millón. ¿Vale lo que cuesta el billete?. Porque no hay que engañarse, de los 15? que pagará el usuario, cuatro son para la Autoritat Portuària. Si encima las navieras deben dar una comisión a quienes les venden billetes, ¿cuánto queda por billete a la compañía? ¿Por qué a los que no se enteran de la historia en taquilla les cobran 21 euros? Algunos empresarios que no entran en el juego señalan que «están machacando al buen cliente, al que viene por libre y al que más gasta».

Curiosamente esta primavera hubo un gran movimiento social y colectivo cuando los residentes formenterenses de la UE se encontraron con un problema administrativo, una falta de entendimiento entre los ministerios de Interior y Fomento, que les impedía beneficiarse del descuento al que por ley tienen derecho, el 89% sobre el precio total, lo cual supone un coste por trayecto inferior a los 3?. Paralelamente los residentes extracomunitarios, que superan las mil personas, comenzaron a ejercer medidas de presión para conseguir como mínimo un descuento por parte del Govern, que accedió (está en trámite) a bonificarles el 39% del coste del billete y las navieras con un gesto 'generoso' apostaron por aportar por su cuenta el 11% preciso para que la reducción fuera del 50.