EFE-R.L.

1.503.000 personas pasaron por el parque natural de ses Salines de Eivissa y Formentera durante el año pasado, según los datos aportados por la conselleria de Medi Ambient del Govern balear. Esta cifra septuplica al número de visitantes del resto de parques naturales del archipiélago, que entre todos ellos, sumaron 199. 792 visitas.

Al margen de ses Salines, según el Govern, el espacio natural de Baleares que recibe más visitantes al año es el Parque Nacional Marítimo Terrestre del Archipiélago de Cabrera, que de hecho es el único que incrementó visitantes en 2007, con 76.541, frente a los 74.532 del año anterior.

El Parque Natural de s'Albufera de Mallorca recibió a 57.657 personas en 2007, frente a las 64.037 que lo recorrieron en 2006 y las 100.000 que visitaron la zona húmeda del parque ese mismo año.

El descenso del 62 por ciento de visitantes, sin contar con el parque natural pitiuso, registrado en Balears contrasta con el aumento del 6 por ciento en el número de visitantes de los centros de interpretación o puntos de información de los parques naturales del conjunto de España en 2007, que ha detectado un estudio de la revista Consumer Eroski, con datos del Ministerio de Medio Ambiente.

El decano-delegado del Colegio de Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales de las Islas Baleares, Francisco Grimalt, explica el descenso de las visitas a espacios naturales de las islas por dos razones: «El carácter privado de la mayoría de estas zonas y la falta de publicidad por parte de las administraciones públicas».

Grimalt explica que entre el 70 y 80 por ciento de los parques naturales de las islas se encuentra en manos privadas, un hecho que a su juicio «complica mucho la gestión».

El experto consultado por Efe ha añadido que casi todos los parques naturales que se constituyen fuera de Balears «se ubican en terreno público, porque así se evitan problemas relativos a su gestión y administración».

Grimalt apuesta por la adquisición de terrenos para aumentar la protección. «Las administraciones ambientales deberían dar prioridad a las compras dentro de espacios naturales protegidos», señala Grimalt, quien reconocido el problema de que dicha adquisición requiere fuertes inversiones, situación a la que se suma el «poco interés» de los responsables de la Administración.

Además, Grimalt ha subrayado que «no sirve para nada tener un espacio natural y no tener dinero para gestionarlo, y es lo que está pasando en mucho sitios, entre ellos Baleares».