VANESSA DÍAZ

Las consecuencias derivadas del retraso en el inicio del periodo de rebajas en las Pitiüses se han hecho notar de forma desigual en los comercios de Eivissa.

Desde la Asociación de Comercio Minorista de la Pimeef, su presidente, José Javier Marí, asegura que todavía es pronto para hacer un balance general, pero que hasta el momento la situación «está aguantando». Marí confiesa que, en un principio, se temía que la gente perdiera el interés por comprar durante dicho periodo pero que, con el tiempo, se ha comprobado que no ha sido así, al menos durante la primera semana.

Sin embargo, éso no es lo que opinan muchos de los comerciantes ibicencos, quienes creen que el aplazamiento les ha afectado de forma negativa: «Que las rebajas empiecen más tarde ha sido un desastre. Me he quedado con ropa que no he podido vender porque si no hacías descuento los clientes, al saber que en otros lugares sí hacían, no compraban», comenta Josefa Torres, que dirige una tienda de ropa ubicada en la Vía Púnica.

Como ella, Olivia Juan, encargada de un negocio textil, considera que posponer las rebajas ha contribuido a despistar a los clientes habituales pues «ahora no saben ni cuándo acaban ni cuándo sacamos la ropa de invierno».

No obstante, hay quien no achaca la disminución en el volumen de ventas a ese único factor, sino que creen que son muchos otros los que han contribuido a ello. En este sentido, Lina Tur, dependienta de un pequeño comercio de Eivissa, mantiene que la reducción ha venido propiciada por la llegada del euro y por la presencia, cada vez mayor, de las franquicias, algo a lo que Cristina Sorace, encargada de una tienda de ropa, añade también el bajo nivel adquisitivo que, actualmente, poseen las personas.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Comercio de la Pimeef, ha insistido en la importancia que supone «no mezclar el periodo de rebajas con la temporada completa» ya que los resultados pueden variar y ha asegurado además que, a finales de septiembre, se realizará un balance general para, entre todos, valorar si ha sido positivo o no retrasar las rebajas con el fin de determinar si debe continuarse con dicha tónica o si, por el contrario, debe modificarse. «Esperamos que este año haya un poquito más de debate y de interés para poner las rebajas en el sitio que le corresponden», concluyó Marí.