La colocación de elementos disuasorios para limitar la velocidad en los núcleos urbanos de Formentera cuenta con el beneplácito de la generalidad de los usuarios pero con el rechazo de los profesionales de la carretera.

Los nuevos badenes metálicos que se han colocado en Sant Francesc, Sant Ferran y en es Pujols, probablemente también se instalarán en otros puntos de la isla como en la Savina, es Caló y el Pilar de la Mola. Los elementos colocados dividen a la población desde que hace unos días la Conselleria insular d'Infraestructures iniciase su uso.

Hace años se instalaron badenes de cemento que tras un par de años en funcionamiento fueron eliminados y sólo se mantuvieron unos de plástico resistente a la entrada de Sant Ferran desde es Pujols y a la entrada de éste último núcleo urbano. Ahora los nuevos elementos limitadores de la velocidad son de hierro y obligan a los vehículos a reducir drásticamente la marcha para superarlos.

El formenterés P.M. considera que «ya era hora de que se hiciera algo para reducir la velocidad en algunos puntos de la isla». En cambio, J.F., taxista, considera que «es una exageración». «Yo no corro, pero estos limitadores son excesivos; nosotros que estamos todo el día circulando lo vamos a notar mucho en nuestros coches, las suspensiones sufrirán mucho». Para M.V., «todo lo que sea conseguir que la gente no vaya como loca por el pueblo, bienvenido sea, ahora sólo faltaría que impidieran que los turistas se pasaran el día tocando la bocina de sus motocicletas».

Repartidores

Tampoco la medida adoptada por Infraestructures es del agrado de los repartidores de mercancías, los camiones de abastecimiento de agua y los conductores de autobús ya que, como profesionales de la carretera que deben pasar continuamente por dichos núcleos urbanos, piensan que «sería mejor poner pasos de cebra elevados, que no dañan tanto las suspensiones de los vehículos y cumplen con la misma función» dijo J.C., taxista de profesión.

A M.U. le parece que no tiene demasiado sentido que las bandas vayan de punta a punta de la carretera ya que «lo normal sería que sólo se pusiera en los carriles de entrada a los núcleos, no en los de salida y además, en el caso de Sant Ferran, están demasiado cerca el uno del otro».

Sea como sea, la medida no deja de ser provisional, aunque los nuevos badenes pueden estar instalados un año, ya que en principio la construcción de vías de circunvalación de los núcleos urbanos desviará el tráfico general y sólo se mantendrá el interior con una menor frecuencia e intensidad.

Los limitadores de Sant Ferran se han colocado sobre la PM-820, en los dos puntos neurálgicos de dicho núcleo, metros antes de los dos pasos de cebra que hay sobre la principal vía de la Isla. Un tercero está ubicado en la carretera que lleva a es Pujols, población en la que también se han colocado otros dos en la entrada y salida del mismo, así como en Sant Francesc en la carretera que lleva a es Cap de Barbaria