Riera, sentado en la terraza del hotel que dirige desde la que se domina toda la playa de Talamanca Foto: MARCO TORRES

Con la grabadora apagada, Juan José Riera actúa como un director de grupo hotelero (Sordibiza) que intercala bromas en la conversación mientras atiende a algunos clientes del hotel Argos de Talamanca. Cuando el piloto rojo indica que empieza la grabación, Riera se incorpora al papel de nuevo presidente de la Federación de Establecimientos Hoteleros de Eivissa y Formentera (Fehif), midiendo las palabras y orientando la conversación hacia los intereses de la patronal del sector que marca el destino económico de las Islas.

-¿Qué es lo que está pasando esta temporada en Eivissa con el turismo?

-Este año estamos notando una pérdida de turismo familiar porque es el primero que se resiente en tiempo de crisis. Sería muy conveniente trabajar para captar un turismo de tercera edad, más allá de los viajes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) que son muy bienvenidos, que podría visitarnos en temporada baja porque los atractivos con que cuenta la isla en invierno pueden despertar su interés.

Independientemente de eso, Eivissa se está centrando mucho en el segmento joven y esto está restando atractivo de cara a otros grupos, aunque esto que estoy diciendo no significa que no nos interese dicho sector. La Isla es apta para multitud de segmentos: turismo joven, familiar, de la tercera edad,... Antes se usaba un eslogan que me gusta mucho porque refleja esto que quiero decir: 'Eivissa, todas las islas en una'. Y es cierto, tenemos buena gastronomía, oferta de ocio para el turismo joven, turismo náutico. Eivissa debe apostar por mejorar su oferta complementaria con el golf y la náutica.

-Esas dos actividades despiertan una gran oposición entre determinados sectores sociales y políticos. ¿Hay alguna forma de compatibilizar una y otra postura?

-Es posible llegar a un acuerdo. Hay que tener claro que, por ejemplo, en la zona de Platja d'en Bossa en que está previsto construir un campo de golf, ahora mismo es mejor hacerlo que dejar los solares como están, llenos de escombros y dando una imagen deplorable en una zona que, además, supone la primera imagen que muchos turistas tienen de la Isla nada más llegar al aeropuerto. El campo de golf no debe ser un problema ambientalmente y en cuanto al tema urbanístico, creo que los propietarios y el Govern, el Consell o el Ayuntamiento pueden ponerse de acuerdo sobre qué se puede hacer y qué no.

Con esto, no quiero parecer un defensor del campo de golf de Platja d'en Bossa, simplemente creo que se debe alcanzar un consenso entre las partes, y la realidad es que, ahora mismo, esa es una zona muy degradada.

-¿Y respecto al turismo náutico? ¿Construir nuevos puertos deportivos no acabaría con uno de los atractivos que hace que el turismo venga a Eivissa?

-En cuanto a los puertos deportivos, es verdad que hay que ser muy prudentes y estudiar muy bien dónde se podrían construir nuevos, pero lo que está claro es que si carecemos de los puertos suficientes estamos cojos.

-Volviendo a la pregunta sobre qué está pasando,...

-Sobre esto me gustaría repetir que tenemos atractivos y oferta para todo tipo de segmentos de mercado: turismo familiar, de parejas, gay. Eivissa es apta para todos éstos sectores pero el problema es que no podemos hacer zonas diferenciadas aptas para cada uno de ellos y hay que mirar de qué forma se pueden hacer coincidir y convivir todos estos elementos, algo que es muy difícil.

-Habla de convivencia de las diferentes clientelas pero algunas decisiones de las Administraciones respecto al ocio nocturno se están interpretando como un ataque a la oferta al turismo joven, algo que tampoco casa muy bien con la caída del turismo familiar que ha comentado antes.

-Tenemos un turismo familiar que hace estancias más cortas por la crisis, como decía antes, y no hemos conseguido atraer a un suficiente turismo de tercera edad que venga en los meses de mayo y junio a disfrutar de los valores de tranquilidad y naturaleza que tiene la Isla. Pero debemos ser conscientes del hecho de que si en la prensa nacional o extranjera salen titulares del tipo del 'fin de la fiesta en Eivissa', eso puede ser contraproducente porque esa es precisamente una oferta turística que nos distingue. Más que de atajar o prohibir soy partidario de que la vida nocturna se mantenga y mejore de forma que podamos abarcar todos los tipos de turismo.

-Respecto a la primera pregunta, me refería al problema de la crisis. Usted ha mencionado un problema de 'choque' de ofertas entre turismo familiar y el joven cuando hasta ahora se ha explicado por problemas en las economías de los principales mercados emisores o el tipo de cambio del euro y la libra.

-Es que existen múltiples razones. El tema del cambio de monedas es muy importante por cuanto ha supuesto un aumento del turismo en zonas como Turquía. Ése es un país con zonas también de playa, hoteles de cuatro y cinco estrellas nuevos y con precios que hacen que los de aquí no sean competitivos por cuestión de tarifas.

La cuestión fundamental es que tenemos un problema de imagen. En el mercado alemán, Eivissa se asocia con el concepto de isla de fiesta mientras que Mallorca es para las familias. Esto se traduce en que, a 30 de junio, habíamos sufrido una caída del turismo alemán de un 10% mientras en Mallorca había subido. El asunto es que el número de alemanes que llegan cada año a Balears es casi el mismo, por lo que el aumento de Mallorca se produce restando visitantes a las otras islas.

Por eso no nos cansamos de repetir que es contraproducente hacer la promoción conjunta con Mallorca. En Alemania cuando se habla de Balears se asocia directamente con Mallorca.

-¿Pero promocionarse de forma independiente no supone un problema para alcanzar los mercados de forma adecuada y no supone tener que luchar solos?

-Es que en promoción ya estamos solos, con el añadido de que no tenemos recursos para intentar competir con Mallorca. Hacer una promoción con ellos en el mercado alemán con la marca 'Balears' es que Eivissa y Formentera queden eclipsadas. Sólo hay que ver los pabellones de Balears que se instalan en los que se lee en grande 'Mallorca' y todo hace referencia a ellos y de las Pitiüses tienes un aparador en un rincón o un pequeño folleto.

-¿Esto se repite en Reino Unido?

-El mercado inglés es diferente. Allí sí que diferencian mucho que cada isla de Balears tiene una oferta diferenciada. Tienen la percepción de que somos diferentes. Así, Menorca es para ellos una isla más tranquila mientras que los touroperadores, en el caso de Eivissa, nos dicen que muchas familias tienen la percepción de que esta es una isla de fiesta con una oferta sólo para jóvenes. En ese sentido, reclamamos que se haga una promoción que permita recuperar ese mercado familiar sin que se deje de atender al mercado de gente joven que viene por la oferta de ocio nocturno.

-Para concretar, ¿entonces les preocupa más la parte estructural de la crisis que la meramente coyuntural de los problemas en las economías española, alemana y británica?

-Nos preocupa todo. Nos preocupa que si se va acortando la temporada será difícil tener abiertos los hoteles seis meses al año. Nosotros ahora abrimos medio año pero mayo y octubre son cada vez peores y puede que parte de los hoteles se planteen empezar su actividad a mediados de mayo y cierren a mediados de septiembre.

-Con las consecuencias que eso tendrá en la economía de la isla en cuanto a posibilidad de cobrar paro...

-O incluso en el tema de los finiquitos. Si el empresario ha tenido que dar vacaciones y no hay para hacer horas extras, todo eso lo notan los trabajadores y, por extensión, los comercios.

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