Entrada de agua y remodelaciones
Además del problema de la avería de un motor, las otras infracciones graves que se descubrieron en el buque de línea incluía una entrada de agua (que no vía de agua, lo que significaría un daño en el casco del barco) y la avería de un generador que había sido sustituido por un grupo electrógeno instalado en cubierta sin el permiso de las autoridades de la dirección general de la Marina Mercante.
Fuentes de la Capitanía Marítima de Alicante y de Iscomar confirmaron que las primeras reparaciones y la anotación de las deficiencias en el registro del barco se completaron este miércoles por la noche tras lo cual los técnicos del Ministerio de Fomento visitaron el barco que permanecía atracado en Dénia y autorizaron su vuelta al trabajo.
El fast ferry no ha procedido a cambiar el motor que había quedado inutilizado, algo para lo que disponen aún de un plazo de tres meses, pero sí que ha sellado la vía de agua de éste «por lo que se ha solucionado el problema de seguridad que existía», explicó el capitán marítimo de Alicante, Domingo López. «Un barco de cuatro motores puede seguir funcionando con tres sin problemas de seguridad o de operatividad», reiteró.
López avanzó que en breve se abrirá un expediente sancionador («tenemos suficientes pruebas, como por ejemplo los partes de inspección para que sea un expediente informativo», aseguró) a Iscomar por una infracción grave, lo que puede ser sancionado con una multa de hasta 180.000 euros.
«En función de si existen expedientes sancionadores anteriores se puede aumentar la sanción o no pero está claro que se han dado unos hechos concretos que básicamente son el hecho de no haber comunicado los problemas que sufría el barco y haber zarpado con un tanque de lodos lleno cuando se le había ordenado que lo vaciara en el puerto, lo que podría haber dado lugar a que se vaciara en alta mar», explicó López.
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