La ocupación hotelera media en la Isla de Eivissa durante el mes de julio se situó en un 81'73% de las plazas, una cifra que a simple vista puede sugerir un resultado no demasiado malo pero que, si se compara con el dato del mismo mes del año pasado no deja de ser malo y acrecienta la preocupación entre los empresarios del sector por la marcha de la temporada. En julio del pasado ejercicio la ocupación media alcanzó el 87'7%, lo que representa una diferencia de un 6'8% más que este año.
«Nos preocupa que la bajada de unos seis puntos porcentuales se haya producido tanto en la primera como en la segunda quincena cuando lo normal es que fuéramos reduciendo esta diferencia negativa de forma progresiva al llegar al punto crucial de la temporada», expuso ayer Joan Riera Ramón, presidente de la Federación Empresarial Hotelera de Eivissa y Formentera (Fehif). Según los datos recogidos por esta entidad, en la primera mitad del mes se alcanzó una ocupación del 78'26% frente al 84'79% del mismo periodo del pasado ejercicio mientras que en el tramo final de julio se alcanzó el 84'99%, un 5'43% menos que en la segunda quincena del mismo mes de 2007.
Para Riera, además de los problemas coyunturales que afectan al turismo en particular y a la economía en general (tanto en España como en el extranjero), existen también elementos estructurales que explican esta caída. «En la temporada baja y media (mayo, junio, septiembre y octubre) también tenemos peores registros por la pérdida del turismo familiar y el de la tercera edad que son los segmentos que hacen estancias más largas», explica el empresario.
«Estamos sustituyendo estos grupos por el turismo joven, que hace estancias más cortas y concentradas en tres meses. Como siempre, la falta de conexiones de transporte a precios asequibles y las medidas para potenciar el turismo familiar son las que explican esta situación», añadió.
60.000 turistas menos
La situación es tal que, a finales de junio, los visitantes alemanes llegados al aeropuerto cayeron un 10%, mientras que los británicos lo hacían en un 5%. En ambos casos, explicó, estos descensos suponen 30.000 visitantes menos.
De cara a agosto, «hasta el día 23 la ocupación pinta bien, pero en la última semana del mes habrá que ver cómo funcionan las reservas de última hora para ver cómo acaba el mes» aunque se mostró escéptico sobre la posibilidad de alcanzar el 95% de ocupación del pasado año.
La consellera insular de Turisme, Pepa Marí, declaró que «se está consolidando un descenso del 6%, pero no se puede decir que estamos ante una crisis total y que no viene nadie».
«Si comparamos estas cifras con la llegada de visitantes no se trata tanto de que venga menos gente sino que, quienes lo hacen, están menos días», apuntó. Marí consideró que no hay que «obsesionarse» por la ocupación y sí ver cómo «se logran unos niveles de gasto de los turistas razonables ofreciendo actividades complementarias».
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