Tras varios problemas técnicos que retrasaron la hora del concierto algo más de media hora, Rubén y Leiva salieron al escenario del Recinto Ferial dispuestos a ofrecer lo mejor de su música a los 2.500 seguidores, según la organización del concierto, que asistieron a esta cita con una de las bandas de pop rock más importantes del panorama español actual. El concierto arrancó con Manager, una de las canciones incluidas en su álbum Algo para Cantar. Tras tocar Animales, uno de los temas más cañeros del grupo, Leiva saludó al público ibicenco para poco después empezar a tocar Niña de papá. Con el paso de los minutos, el ambiente se iba caldeando, sobre todo cuando Leiva y Rubén se aproximaban a las primeras filas de seguidores. «Ahora que estáis aquí quiero haceos una recomendación para la salud: no os quedéis dormidos en la playa porque después estaréis como un marisco, que es como estoy ahora mismo», explicó con un tono cómplice Leiva, mientras empezaban a sonar los acordes de Si quieres bailamos, uno de los temas más coreados por el numeroso público. «Hace unos años vinimos con unos colegas de vacaciones. Aunque a mi no me gustan mucho esos sitios nos llevaron a una discoteca muy famosa de la isla y nos negaron la entrada por nuestras pintas. Esta noche nos han llamado para invitarnos a la zona VIP», comentó Leiva para poco después sacar la lengua y criticar duramente esta actitud. Durante algo más de dos horas de concierto, el dúo madrileño repasó temas tan conocidos de su discografía como Aproximación, Todo, Lo que tengo yo adentro o Princesas, con el que el público no paró de saltar y cantar. Hacia la mitad del concierto, Rubén apareció en el escenario cerveza en mano, una boa de plumas rojas alrededor del cuello, gafas de sol y unas plataformas blancas emulando «a la puta más barata de Madrid», según palabras de Leiva. Él se quitó la camiseta, enloqueciendo a las fans y se enfundó unas oscuras gafas de sol. Cuando se acercaba el final, Leiva se volvió a dirigir al público: «¿Nos vamos a casa?», preguntó y los asistentes respondieron un sonoro no. Sin embargo, la respuesta cambió a un rotundo sí cuando preguntó: «¿Nos vamos a mi casa?». Y bien seguro que más de una de las allí congregadas y congregados se hubiera ido con él sin ningún miramiento. Tras un medley entre Pienso en aquella tarde y Ama, ama y ensancha el alma los de Madrid se despidieron diciendo que había sido un concierto inolvidable y que esperaban regresar pronto.

María José Real y Laura Tur

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A las 17h. llegaron las primeras fans al recinto ferial. Ainhoa Paz, Tamara Ibarra y Tamara Nieto esperaban impacientes la llegada de la banda. «Si les viéramos ahora mismo somos capaces de desmayarnos», aseguraron. Y es que las tres se consideran auténticas admiradoras de la banda de Madrid.

Tienen todos los discos que Leiva y Rubén han editado hasta la fecha y se saben de memoria las letras. «Nuestro favorito es Leiva», afirmaron las tres al unísono.

Las tres amigas de Santa Eulària pasaban el rato charlando y escuchando canciones del grupo para así olvidarse del intenso calor que hacía en las afueras del recinto ferial a media tarde y calmar las ansias de que el concierto diera comienzo. Una hora más tarde se unieron a ellas Yanire e Ignacio, dos fans de Vila que quisieron asegurarse un buen lugar para ver el concierto en primera fila.