Desde que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, declarara la guerra a la corbata y decidiera subir el aire acondicionado del Ministerio a 24 grados son varias las instituciones que han seguido su ejemplo. A mediados de julio, el Govern balear recomendó no bajar el aire más allá de los 24 grados con una campaña que lleva por lema «En verano no pases frío». Tras ello hay importantes razones ambientales: Por cada grado de temperatura menos, se consume un 8% más de energía.

Una rápida encuesta por todas las instituciones desvela que en Eivissa se cumple la recomendación a rajatabla. O, al menos, eso dicen.

Consell: Todas las dependencias están a 24 grados, aunque en algunas zonas hay termostato propio que pueden regular los funcionarios. En presidencia aseguran que no se toca y mantienen lo que consideran una «temperatura ideal». La ventaja es que nadie acude trajeado a trabajar, ni siquiera el presidente, que sólo se pone la corbata en ocasiones donde el protocolo lo exige. Todos los consellers acuden con camisa manga corta y pantalón largo a trabajar (no se ven bermudas) y es frecuente ver a las conselleras con faldas o incluso vestidos Adlib vaporosos. El PP alguna vez se ha quejado del calor que hace en su despacho de la oposición, que es muy pequeño y en el que a veces se acumulan gran cantidad de periodistas. La consellera de Carmen Domínguez explicó hace poco que al parecer se trata de un problema de regulación y cuando se quejan les bajan el aire pero entonces hace más calor en otras zonas del edificio.

Ayuntamiento de Vila: Probablemente sea una de las instituciones más respetuosas con el medio ambiente en cuanto a aire acondicionado se refiere. En el Ayuntamiento viejo ni siquiera hay aire y funcionan a base de ventanas abiertas y ventiladores. En el centro de poder, Can Botino, los aparatos se sitúan en los 25 grados, aunque hay momentos en algunos departamentos encienden y apagan el aire según tengan calor o frío. Nadie acude con corbata a trabajar e incluso hay muchas funcionarias que van en tirantes. «Quizás algún día algún concejal viene en traje, pero sólo si tiene que acudir ese día a un acto institucional», dicen desde Vila.

Ayuntamiento de Sant Antoni: En el Consistorio aseguran que son respetuosos con el medio ambiente porque el aire ha estado estropeado algunas semanas a principios de verano y han pasado más calor de lo normal. Lo habitual es que no baje de 24 grados, aunque se está mejor en unos departamentos que en otros. «Es un poco difícil de regular porque la construcción no tiene casi tabiques», explicaron fuentes del Consistorio, que indicaron que nunca bajan más los aparatos «para no pasar frío». Nadie va encorbatado.

Conselleria de Medi Ambient del Govern: Aseguran que cumplen a rajatabla lo que les recomienda la Conselleria de Indústria. Sólo faltaría, tratándose del departamento de medio ambiente. Ponen el aire a 24 o 25 grados y en algunas estancias incluso lo apagan. «El conseller suele llevar corbata, pero en el despacho se la quita y los directores generales no la llevan casi nunca, sólo cuando tienen un acto institucional», explican desde Medi Ambient, donde aseguran que los funcionarios suelen acudir a trabajar de manera bastante informal.

Ayuntamiento de Santa Eulària: La climatización está centralizada por plantas y el termostato se suele situar en los 24 grados. «Depende del lugar en el que te toque trabajar hace más calor o menos, porque depende de lo grandes que sean las estancias», explican desde el Consistorio.

Ayuntamiento de Sant Josep: El aire acondicionado se pone a 26 o 27 grados y los trabajadores acuden a trabajar de forma informal.

¿Quién no ha salido alguna vez despavorido del supermercado después de aguantar un chorro frío en plenas cervicales mientras espera para pagar? Últimamente visitar estos establecimientos se ha convertido en una auténtica carrera para localizar a toda prisa los artículos más imprescindibles y no acabar mimetizado con la sección de congelados. Esta situación es común en muchas cadenas alimenticias de la isla aunque en algunas el frío se soporta mejor que en otras. El ministro de Industria anunció hace poco que se plantea aplicar medidas para subir la temperatura en las superficies comerciales para «salir con una buena compra, pero no con un buen resfriado». Algo parecido pasa en los cines, a donde hay que acudir provisto de alguna prenda de abrigo, algo que no siempre está a mano cuando en el exterior hay más de 30 grados.