Ropa, objetos de decoración. básicos de cocina, juguetes... Son algunas de las infinitas cosas que podemos encontrar en una tienda bazar, un lugar donde sin duda, no saldremos con las manos vacías: hay de todo y de lo más barato.

Se trata se tiendas de autoservicio en las que podemos encontrar cualquier cosa pero de una calidad inferior a las que encontraríamos en una ferretería o un supermercado, por ejemplo. A pesar de que la calidad es inferior, no hay que echarse atrás por esto ya que todo lo que se vende ha pasado un test de calidad antes de exponerse para la venta al público.

También es un lugar donde los niños llevan a sus padres para comprar, ya que los juguetes, herramientas de papelería y sets de maquillaje ocupan una buena parte en estas tiendas. Una mujer, cliente de estos bazares, dice que le parecen tiendas muy útiles: «Encuentras lo que quieres. A lo mejor te dura menos pero como es tan barato, vuelves y ya está». Su amiga, que le acompaña, dice que lo mejor es que son tiendas que están muy a mano: «Hay bastantes en Vila y no hace falta ir a grandes supermercados para comprar las cosas. Además, en algunos también hay comida por si se me olvida algo de última hora antes de cocinar».

Cada vez es más la gente que confía en estas tiendas. Su gran ventaja son los precios y horarios que ofrecen. María sale de un bazar con una bolsa llena de flores: «Es para hacerme un disfraz Flore Power. Me compro las flores aquí y me sale mucho más barato que comprarme un vestido hippy».

A pesar de tantos aspectos positivos, Luís, comprador habitual en estos bazares, encuentra algo negativo: «Hay tantas cosas y tan amontonadas que parece que se te viene todo encima. Cuando vengo, me pongo a buscar algo y estoy mirando media hora entre sartenes y tappers. Al final siempre acabo pidiéndoselo a la dependienta porque sino, no hay manera». M.B