Una moción del PP volvió a poner sobre la mesa del Ayuntamiento de Sant Josep el tema del delfinario de Sant Francesc de S'Estanyi. Los populares planteaban recuperarlo y que la gestión pasara a manos del Consistorio para uso público pero finalmente acordaron con el equipo de gobierno apoyar el comienzo de las tramitaciones necesarias para derruirlo.

Se trata de una gran estructura de hormigón ubicada dentro del Parque Natural de ses Salines que, si bien tuvo su licencia de construcción hace 20 años nunca pudo lograr permisos de actividad. «Coincidimos con el diagnóstico en que es una ruina que ofrece un imagen degradante y un impacto ecológico en ses Salines», apuntó el concejal de Medi Ambient Josep Antoni Prats. «Pero no podemos estar de acuerdo en que sea para aprovechamiento público, pensamos que es irreparable», agregó el edil, logrando que éste sea el único punto de consenso de un largo pleno que se extendió por más de tres horas y que sumió a ambos equipos, oposición y gobierno, en extensos debates sobre presupuestos, normalización lingüística, turismo, revisión de precios y deixallerias.

Lo más destacado de la sesión además de la futura demolición del antiguo delfinario fue la creación de dos Punt Verds que se instalarán en las zonas de Cala de Bou y Can Guerxo. Serán dexallerias destinadas a la recepción y envío de toda clase de residuos de recogida selectiva, cuya instalación no cuenta con el apoyo del PP que no está de acuerdo en que una de ellas se instale en Can Guerxo, cerca del colegio y el campo de fútbol. Según el concejal 'popular' Vicent Torres, el rechazo se debe a que los Punt Verds «están destinados a la recepción de residuos peligrosos». Para defender esta iniciativa, que pondrá en marcha el Consell, el concejal Prats explicó que las deixallerias se instalan «para minimizar riesgos al quitar los residuos de la calle» y que estos Punt Verds no sólo tendrán una función ecológica sino también «educativa». En cuanto a los residuos peligrosos el edil aclaró que son residuos peligrosos «para el medioambiente», en todo lo que se refiere a fluorescentes, pinturas, pilas, baterías y aceites, entre otros. Además, Prats aseguró que estarán debidamente cerrados en sus contenedores.

A las críticas de Torres sobre la cercanía entre el Punt Verd y el colegio Prats replicó que el Consell pide que se ubiquen cerca de los núcleos urbanos para facilitar su utilización y ha anunciado que el Ayuntamiento estudio convenir con una empresa privada la instalación de una tercera deixalleria cerca del pueblo de Sant Josep.

El equipo de gobierno aprobó ayer también, y sin el apoyo de la oposición, el nuevo reglamento municipal de normalización lingüística que, según la portavoz del PP, Encarna Castro, «es fascista, caciquil y drástico». Según la concejala de Política Educativa y Cultural María Ribas, es un documento que llega «con veintidós años de retraso», ya que su creación viene regulada en la Ley de Normalización Lingüística de 1986, «que establece que las corporaciones locales deben regular el uso de la lengua catalana». Sin embargo, Castro criticó algunos puntos del reglamento como el que indica «que los anuncios que haga el Ayuntamiento de Sant Josep deben publicarse en catalán», el artículo 31 que establece la presencia del catalán en las actividades recreativas y actuaciones organizadas por el Consistorio, o el 32, que indica que las subvenciones en igualdad de condiciones deben tener criterio preferente la incidencia de la lengua catalana. En este sentido, la concejala quiso dejar claro que «las palabras obligar o prohibir no están en el reglamento», y que a partir de la aprobación inicial del documento la oposición puede presentar «las mociones que crea oportunas».

En cuanto a las críticas del PP basadas en los datos de la Federación Hotelera que ubica a Sant Josep un 20% por debajo de la ocupación en la primera quincena de julio, mientras para el resto del municipio el descenso oscila entre un 5 y un 7%, la concejala Àngeles Mostazo explicó que estos datos, cuando hablan de Eivissa incluyen hoteles de Platja d'en Bossa y que cuando hablan de Sant Antoni, incluyen los de Cala de Bou, también pertenecientes a Sant Josep. «Por lo tanto los datos negativos son para Cala Vadella y Cala Tarida, y me temo que los turistas no vienen por la mala situación medioambiental: por las grúas y el polvo que hay. Y este equipo de gobierno no es el responsable de esto», apuntó la edil sobre las edificaciones que se están llevando a cabo en estas dos playas del municipio.

También se aprobó ayer el establecimiento y ordenación e una tasa para la utilización de las instalaciones deportivas y extraescolares del municipio de Sant Josep que, según la concejala de Gobierno, Paquita Ribas, «de establecer un precio igual para todas las actividades que se hacen en el municipio». «No puede ser que en las instalaciones municipales se cobre precios diferentes», apuntó la edil, que destacó que cada vez el municipio cuenta con más oferta de este estilo que se va sumando a la piscina municipal.