B. MUNAR

Proyecto Hombre llegó a Eivissa en 2001 y desde entonces ha duplicado su número de usuarios. Si hace siete años atendió a 47 personas, el año pasado ayudó a 95 residentes a superar sus problemas de adicción a las drogas. La mayoría de casos que se atienden en la sede de Eivissa son por consumo de cocaína (56%), seguido de heroína (20%), alcohol (12%) y otras adicciones como el cannabis o ludopatía. Según la psicóloga de esta entidad, Lina Cardona, el aumento de usuarios ha sido progresivo a medida que la asociación se ha dado a conocer en la isla.

El perfil de los consumidores de cocaína son hombres (en un 95,2 por ciento) que tienen una edad media de 31 años. Asimismo, según datos de Proyecto Hombre en Balears casi un 97 por ciento eran trabajadores en activo y el 47% tenía hijos. Sin embargo, la psicóloga del centro, reconoce que el consumo de drogas en Eivissa cada vez se inicia más tempranamente, llegando a los 14 años. Según Cardona, se debe a dos motivos, la «baja percepción de la peligrosidad que actualmente hay sobre las diferentes drogas» y que Eivissa al ser un lugar turístico permite que «los jóvenes tengan antes disponibilidad de dinero. Esto les facilita el acceso a estas sustancias», asegura. Pese a que de momento no es un dato alarmante, sino «casos puntuales», el año pasado Proyecto Hombre atendió a dos jóvenes de 14 años por consumo de drogas.

El tipo de tratamiento para los adictos a la cocaína que se da en esta entidad es ambulatorio, es decir, dos o tres veces por semana los usuarios acuden al centro para recibir asistencia. En estas sesiones, que duran entre un año y medio o dos, los adictos pueden mantener su trabajo y ritmo de vida porque es en horario de tarde noche.

Durante el tratamiento se intenta que los residentes «tomen consciencia de la problemática que les ha supuesto el consumo y que detecten las conductas y hábitos que están relacionados con las drogas para que los cambien», explica la psicóloga. El porcentaje de éxito no está contabilizado, pero asegura que si se siguen estas pautas, la posibilidad de obtener el alta es muy elevada.

El trabajo de la familia o de los acompañantes se extiende desde el primer día que el residente llega al centro. Esta labor continúa a lo largo de todas las fases del itinerario terapéutico del usuario. Las familias son muy importantes en el éxito del tratamiento porque a la vez que realizan un trabajo terapéutico, son también co-terapeutas ya que son los que conocen mejor los problemas de la familia y del residente.

La clave del proceso está en identificar el problema existencial y trabajarlo desde un marco terapéutico educativo. Esto se consigue a través de un proceso de cambio conductual, emotivo y cognitivo que ayuda a acabar con el consumo de las drogas y las conductas adictivas.