Los dos gigantes de la colla de Sineu, fueron atentos vigilantes de los actos institucionales celebrados ayer en la plaza de Sant Francesc. Primero estuvieron junto a la puerta de la iglesia durante la misa solemne oficiada por el obispo de las Pitiüses, Vicente Juan Segura, y el capellán de la isla, mossen Toni Ferrer, y posteriormente, a la hora del convite tradicional a orelletes y moscatel, estuvieron junto a la fachada del Ayuntamiento ahora Consell de Formentera.

A la misa asistieron el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, los consellers del equipo de gobierno Sònia Cardona, Bartomeu Escandell y Silvia Tur, los consellers en la oposición Juanma Costa, Paco Ferrer y Raquel Tesouro del PP así como María del Mar Cardona del GUIF; también estuvo en la iglesia, que se quedó pequeña para el público que se había congregado en la plaza, el diputado por Formentera, Pep Mayans, el jefe de la Policía Local, Joan Mayans o el gerente del Consorci Formentera Desenvolupament, Hilari Ferrer. Tras la misa y el convite, actos a los que muchos turistas se sumaron de motu propio sorprendiéndose de la forma, textura y sabor de les orelletes, tuvo lugar la inauguración del mirador y la nueva acera que culmina la avenida del Pla del Rei.

La noche anterior en la plaza con menos público que en días precedentes, tuvieron lugar cuatro actuaciones musicales, en primer lugar la del músico griego afincado en Barcelona, Evripides and his Tragedies que en la primera parte del concierto contó con el apoyo visual de un vídeo creado por David Bastué, La historia de la espuma, obra ganadora del concurso de jóvenes creadores patrocinado por Sa Nostra. En la segunda parte del concierto, Evripides, que se acompañaba de su piano eléctrico, homenajeó a la cantante Nico, que formara parte de la banda Velvet Underground junto a Lou Reed y John Cale y que acabaría fallenciendo en Eivissa al caer de su bici y darse un golpe en la cabeza, versionó al gran Mikis Theodorakis, cantó una historia sobre el kleenex que siempre está presente en nuestra vida y otra canción, Antartica, en la que reflejaba los dolores de la soledad.

A continuación subieron al escenario los ibicencos Potalait, habituales ya en Formentera, que demostraron que ante todo son un grupo de rock de directo, su fuerza y energía contagiosa hizo saltar a los espectadores que habían estado medio adormilados con las ensoñaciones de Evripides; con Potalait, nada de eso, comenzaron a tope con Todo a sien, se marcaron las canciones que todo el mundo conoce y corea, no se olvidaron de Un día bravo ni de Pep el shulo, el de los calzoncillos y el rey del rock and roll y tras tanta descarga de adrenalina salieron escopeteados, pues tenían una barca especial para regresar a Eivissa. Tras ellos se presentaron en Formentera Respectmark & The Incoherent Band, en teoría una banda de reggae, aunque la verdad es que hicieron honor a su nombre y su peculiar manera de cantar no convenció a gran parte del público. El plato fuerte de la noche era la actuación de Smoking Dogs, jóvenes catalanes que centran sus conciertos en versiones de canciones históricas, especialmente de rock and roll y que condujeron al personal al filo del alba.

Para anoche, las actuaciones previstas era las de Grup de Folk, procedentes de Mallorca, los ibicencos Peter Colours y el gran fin de fiesta a cargo de la Companyia Elèctrica Dharma, una de las históricas del rock catalán con más de tres décadas de buena música a sus espaldas que actuaban por primera vez en Formentera mostrando su peculiar manera de hacer una fusión rockera con instrumentos y ritmos procedentes del baile tradicional catalán como es la sardana. Por desgracia y debido a imponderables los esperados fuegos artificiales no pudieron lanzarse y será hoy sábado en el transcurso de la velada dedicada al jazz, con La Big Band d'Eivissa y Jazz Connotation de Formentera, cuando por fin el castillo de fuegos ilumine la noche de la Pitiusa Menor.

Guillermo Romaní