Los negocios turísticos están notando un descenso de su actividad

Aunque el sector hotelero daba por descontado que el inicio de julio no se iba a librar de la tendencia negativa de mayo y junio en lo que a ocupación se refiere, ni las previsiones más negativas esperaban que la caída de la actividad fuera tan acusada en la primera mitad de uno de los meses estrella de la temporada turística. Nada menos que un 6'23% ha caído el promedio de ocupación, lo que ha dejado la ocupación en las Pitiüses en un 78'72% de las plazas disponibles, informó ayer la Federación Empresarial Hotelera (FEH). En comparación al mismo periodo del año pasado, cuando se llegó al 84'95%, las cifras de 2008 representan un 7'3% menos.

Repunte a final de mes y un agosto todavía pendiente Riera destacó que no todo son noticias negativas para el sector. «La segunda quincena de julio ha habido una remontada de ocupación, atendiendo a las reservas previstas. No es que suponga un incremento respecto al año pasado sino que la caída es algo menor que en la primera quincena, quizás de entre un 2% y un 3%», aseguró. Respecto a agosto, «el mes está bien vendido hasta el día 20, pero a partir de ahí es una incógnita, queda mucho por vender», dijo Riera, que situó las reservas por debajo del 80% del total.

«No es nada que no nos esperásemos. En la última quincena de junio tuvimos una reunión de la Federación y ya preveíamos que habría una bajada de ocupación, pero no creíamos que fuese tanto. Calculábamos que cayese un 4% o un 5%», apuntó el presidente de los hoteleros, Joan Riera.

En general, la actividad se está resintiendo en todos los mercados principales, por lo que no se está produciendo la compensación que otros años, por ejemplo, ejercía el alza de la clientela española respecto a la caída de otros sectores. «Lo que nos preocupa es que, a 30 de junio, acumulamos una bajada de un 10% del mercado alemán y de un 5% en el inglés. Pero, además, hemos visto que el mercado nacional y el italiano no han ido bien la primera quincena de julio», lamentó Riera.

«Estamos preocupados porque el objetivo era que esta temporada se trabajara bien dos meses, del 16 de julio al 15 de septiembre, y no se consigue», añadió.

Al hecho de que caiga la ocupación se unen otros dos elementos repetidamente anunciados y que condicionan el hecho de que esta sea una mala temporada. «Cada vez los clientes se quedan menos días, por lo que para poder hacer las mismas estancias turísticas debemos lograr más clientes. Además, también hemos notado que tienen menos capacidad de gasto», apuntó el hotelero.