Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, pero el hombre no siempre corresponde a este animal tan fiel. Cada verano aumentan los abandonos de animales de compañía, en concreto los más perjudicados en este sentido son de raza canina. Además de los servicios municipales también existen en Eivissa diferentes asociaciones que se encargan de recoger, cuidar y criar a cientos de estos compañeros. Además de ésta su misión es también buscar un nuevo hogar a estos animales y concienciar a las personas de que tienen unos derechos.

En el municipio de Sant Rafel está la finca de la asociación DUO, creada por un grupo de residentes alemanes hace más de 15 años. Se trata de un refugio donde conviven unos 130 perros de diferentes razas y que han llegado hasta allí por diferentes motivos. La mayoría abandonados en carreteras, contenedores de basura o en el campo, algunos también han sido maltratados a lo largo de toda su vida. «Tenemos un perro que ha permanecido atado durante más de diez años. Tenía problemas para caminar ya que no había desarrollado la musculatura de las patas traseras. Los vecinos consiguieron quitárselo a la persona que lo maltrataba y ahora vive aquí», explicó Vera Rechenberg encargada de la administración de DUO. Muchos de los animales que aquí llegan proceden de Can Dog, un centro donde permanecen como mínimo los 21 días legales hasta que aparece el dueño. Si nadie lo reclama a partir de esa fecha pueden darse en adopción o son entregados a este tipo de asociaciones donde permanecen hasta que encuentran un nuevo hogar.

Para los cuidadores, como Nadine Hombach que trabaja y vive en la finca desde hace más de dos años, es muy importante que «las personas que tienen perros sean conscientes de que éstos viven más o menos 15 años. Además, un perro no puede estar toda su vida en una terraza, saliendo diez minutos dos veces al día», explicó. También destacó que «ya hay muchos perros no deseados, por eso, si se tiene un perro es importante castrarlo», afirmó acerca de la gran cantidad de cachorros que son abandonados.

Debido a la buena prensa que tiene esta asociación en Alemania, los trabajadores consiguen encontrar familias de acogida en el país europeo. «Queremos buscarles un hogar aquí en Eivissa, pero los perros españoles son muy sociables y cariñosos y en Alemania les encantan por su carácter», explicó Vera. Este es el caso del Rey Juan Carlos, un pequeño can que ayer se despidió de sus cuidadores para coger un avión rumbo a Europa donde le espera una nueva vida. N. Salazar / M. Bonet