AENA da su visto bueno a la construcción prevista por Vila afectada por la huella aérea sonora

La huella sonora, que es la zona por donde pasan los aviones de camino al aeropuerto, afecta a Platja d'en Bossa, el paseo marítimo y el casco antiguo. Tras un primer informe desfavorable, el Ayuntamiento de Vila estuvo a punto de suprimir la edificación prevista en la Unidad de Actuación Mare Nostrum de Platja d'en Bossa, donde también se incluía un colegio. Finalmente se han mantenido estos nuevos crecimientos, a los que AENA ha dado su visto bueno. En total se prevé la construcción de cien viviendas de protección oficial y una escuela, además del desarrollo urbanístico privado correspondiente.

La única condición que ha puesto el organismo aéreo es que la edificación que se haga en base al nuevo planeamiento tiene que incorporar sistemas de insonorización. Se trata de métodos de aislamiento acústico y de temperatura que ya se utilizan en otro tipo de edificaciones. «Mucha gente ya lo aplica sin estar en el área de huella sonora, aunque allí será obligatorio», expresó Torres, que matizó que esto no afecta ni a la UA Mare Nostrum ni al colegio, porque ya estaban previstos en el PGOU de 1987 y sólo se trasladan de sitio.

El concejal también quiso puntualizar ayer que el primer informe que recibieron de AENA, todavía en épocas en las que el PP gobernaba el Consell, no era negativo, sino que simplemente pedía que se justificara el crecimiento de esa zona. «Nosotros dijimos que respecto al Plan GEneral del 87 no había nuevos crecimientos e incluso había un decrecimiento de población previsto», recordó Torres, que señaló que este tema se utilizó de forma «errónea» desde el PP para criticar al Ayuntamiento de Vila.

Con este trámite ya cumplido, sólo quedan por cerrar algunos flecos del acuerdo para conseguir el solar para el nuevo hospital, además de otras pequeñas cosas. Una vez esté todo listo habrá que enviarlo al Consell para que dé su visto bueno, cosa que podría ocurrir en agosto. A partir de ahí se tendrá que volver a exponer al público durante un mes con todos los cambios que se hayan introducido, por ejemplo el solar del hospital, que contemplará una nueva urbanización en esa zona, y la catalogación de ses Feixes como suelo rústico.

Una vez pase este período y se hayan contestado las alegaciones, el documento se llevará de nuevo al Consell para su aprobación definitiva. Torres explicó que todo este trámite puede durar entre dos y tres meses, aunque rehusó dar una fecha concreta.

Una vez aprobado el PGOU se podrán iniciar numerosos proyectos que ahora mismo están paralizados. Entre ellos está la nueva Comisaría de Eivissa, la cesión de solares para construir colegios, la aprobación del plan especial de ses Feixes, el nuevo hospital o la realización del parque de Can Escandell.

El conseller de Política Territorial del Consell, Miquel Ramon, explicó ayer que la semana que viene mantendrán reuniones con los técnicos municipales de todos los ayuntamientos de la isla para poner en común los criterios urbanísticos que se aplican en un municipio u otro. «Hay veces que no siguen los mismos y esto hace que los expedientes se retrasen más y se dé un peor servicio al ciudadano», explicó Ramon. En este encuentro se intentará abordar esta «falta de homogeneidad» entre los diferentes ayuntamientos con el fin de dar un servicio más ágil y más igualitario.

El conseller también se refirió a la situación actual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Vila e indicó que desde el Consell actuarán con la máxima celeridad posible. «Los trámites que se tengan que hacer aquí irán rápido», prometió Ramon.