La piscina del hotel Ibiza Rocks acogió el pasado martes la actuación de la banda neoyorquina We Are Scientists que registró un lleno absoluto. El lugar ya era un hervidero de gente en las horas previas al concierto, que se fue animando durante la actuación del grupo británico Whitey. Los pasillos del hotel eran una auténtica pasarela de las últimas tendencias. Shorts de tiro alto, bailarinas de lo más pintorescas, sombreros tipo gángster y los peinados más extravagantes eran el atuendo del público. La mayoría de la gente, de nacionalidad británica, estaba en la veintena y lucía sin distinción de sexos un gran vaso de cerveza en la mano. Algunos, observaban la escena desde los balcones de sus habitaciones, de los que colgaban multitud de coloridas toallas.

El residente DJ Doorly animó el ambiente entre las actuaciones de cada grupo con éxitos de Arctic Monkeys, Madonna o Daft Punk. A las 22h, en el escenario junto a la piscina ya no cabía ni un alfiler y fue cuando We Are Scientists (WAS) tomaron el relevo con su éxito Nobody move, Nobody get hurt. Los asistentes no pararon de corear la letra, animar y saltar al ritmo del rock más innovador que llega desde Estados Unidos. El vocalista, Keith Murray definió su estilo como «constantemente cambiante». «El primer disco fue muy post-punk, con guitarras y un sonido claramente muy rockero. Pero en este último nos hemos inspirado en los sonidos del David Bowie de principios de los años 80. Si te dijera que tenemos ahora un estilo particular probablemente sería otro totalmente distinto al que tendremos dentro de dos años», aseguró en la entrevista que concedió por la mañana en el hotel Ibiza Rocks.

Durante su actuación combinaron temas del primer disco con las canciones del segundo para que la gente que ya conocía sus temas pudiera animarse mucho más. Pero el público ya venía con ganas de fiesta y si a sus potentes temas se sumaba el humor y la complicidad que derrochaban Keith y Chris Cain sobre el escenario, el espectáculo estaba servido. En un momento de su actuación Keith preguntó a la gente que disfrutaba del concierto desde los balcones de sus habitaciones: «¿Alguien está intentando dormir y le fastidia mucho que estemos aquí haciendo ruido? Uy, sí... ahí hay uno que parece muy enfadado. Tranquilo, Chris tiene de todo para que en 15 minutos caigas rendido». Después de este comentario empezaron a volar globos entre el público que animaron todavía más a la audiencia. Y es que esta banda ha causado sensación con la publicación de sus dos álbumes. Sin embargo, ellos son muy 'sencillos' a la hora de definir la palabra éxito: «Para nosotros el éxito es poder estar todo el día en un sillón junto a la piscina de una enorme casa privada, haciendo barbacoas y bebiendo mucho Bacardi. El éxito es convertirte en una banda tan famosa que te contraten para tocar en Ibiza Rocks». Antes de tocar su último tema, The Great Escape, Keith confesó: «Esta noche ha sido exactamente lo que teníamos en mente. Muchas gracias». El público de Eivissa seguro que también espera su regreso con las mismas ganas.

Laura Tur