Mientras los 10 niños y niñas pintaban con diferentes colores las aspas de lo que poco después sería su molinet de canyaferia, Raquel Martini y Edu Ribas, los monitores de este taller infantil del Museu d'Etnografia d'Eivissa (ubicado en Santa Eulària) intentaban que los pequeños no se mancharan la cara y la ropa con la pintura que estaba usando.
Estos talleres se celebran desde hace tres años y en esta edición los niños están aprendiendo cómo eran los juguetes tradicionales con los que jugaban sus padres y abuelos. «El principal objetivo de este taller es transmitir un aspecto de la cultura popular ibicenca, como los juegos tradicionales, de manera lúdica. El primer día les enseñamos las salas del museo y durante los restantes estamos haciendo manualidades para que les sea más ameno e interesante», explicó Raquel. Y añadió: «Aprovechando que tenemos la exposición temporal de juguetes tradicionales en el museo les enseñamos los que creemos que les van a resultar más fáciles de hacer, como el molino o la bassetja y los hacemos». Durante estos días también están conociendo la flora de la isla, pues una de las actividades que han hecho es un mural con algunas de las plantas tradicionales, como el baladre.
Durante la mañana de ayer, los niños y sus monitores también aprovecharon para visitar de nuevo la exposición temporal sobre juguetes y las artesanas que se encuentran en otra sala elaborando espardenyes por encargo. De esta manera repasaron conceptos, como las diferencias que existen entre las espardenyes de hombre y mujer: «¿Os acordáis de cómo son las de mujer?». «Blancas y con la punta cerrada», respondió una de las niñas, mientras uno de sus compañeros se apresuró en señalar que las de hombre tienen la punta abierta y son del color del esparto. «Ahora mismo aquí hay ocho niños [ayer faltaron dos] y con que sólo uno se interese en continuar con esta labor merece la pena hacer todo este trabajo», aseveró Dolores Costa, una de las artesanas que todos los días acude al museo para hacer espardenyes.
En este grupo de niños con edades comprendidas entre los cinco y los 12 años, sí que había una niña que estaba realmente interesada en este tipo de labores tradiconales, Ylenia Perelló, que está haciendo la para encordar una silla, aunque realmente todo este grupo está realmente interesado en las actividades de este taller de etnografía infantil, que finaliza el próximo viernes.
María José Real
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