aul Lombard celebró hace unos días los cincuenta años desde que descubrió Formentera y comenzó a veranear en la isla. «Venía desde Argelia con un velero con dos amigos y la primera tierra que vimos fue es Cap de Barbaria y comprobando las cartas náuticas imaginamos que sería un lugar excelente para practicar la pesca submarina», durante años Lombard siguió visitando en verano Formentera y en 1969 se compró un terreno en los alrededores de s'Estany des Peix, en la zona de Porto-Salè, como muchos de sus compañeros argonautas, aunque según destaca: «No me construí la casa hasta 1990, cuando me jubilé, ya que no tenía sentido hacerse una casa para apenas un mes al año y con todos los gastos de mantenimiento que ello comportaba».

Lombard formó parte del Club de los Argonautas pioneros franceses del turismo en Formentera que se inició en la segunda mitad de los años 50. El Club de los Argonautas fue creado por Fernando Laborey que hacía de pequeño TTOO y Vicent Mayans que era el propietario del hostal la Savina y así un grupo de universitarios franceses comenzaron a visitar la isla cada año. «Unos se hospedaban en el hostal», recuerda la hija de Vicente, Catalina. Y prosigue: «Otros en los pequeños hostales vecinos y poco a poco fueron copando todas las casa que había frente a nuestro establecimiento». Catalina Mayans cuenta que los Argonautas anteriormente viajaban al Chad para la caza mayor, a la península, donde tenían algún coto privado, para la caza menor y en verano practicaban la pesca submarina en Formentera, no sólo sino cualquier actividad deportiva relacionada con el mar. Tenían una embarcación para ir de cala en cala y otra equipada con material para la pesca submarina, y junto a Lombard había otros dos franceses que destacaron en materia de pesca submarina, Gerard de Bure y Marc Larregue que falleció el pasado verano practicando su deporte favorito en la playa de Migjorn.

Catalina Mayans nació en 1949, un año después de que sus padres iniciaran el negocio de la hostelería. Recuerda que cuando tenía ocho o nueve años comenzaron a venir los primeros turistas catalanes y franceses: «Con lo pequeño que era el puerto de la Savina, todo el mundo pasaba por aquí y se quedaban y aunque mi abuela les decía que fueran a ver la capital Sant Francesc, volvían y decían que les gustaba más esto porque aquí había una pequeña playa». Al principio venían en pequeños grupos pero poco a poco las partidas eran más numerosas y Vicent Mayans fue ampliando el número de habitaciones para acoger a parte de los visitantes. Sin embargo en 1975 Vicent Mayans decidió jubilarse, salió de los Argonautas y alquiló el hostal la Savina y el nuevo responsable dio un giro al enfoque de los últimos años y se dedicó a la clientela alemana.

Guillermo Romaní

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