El presidente del Consell de Ibiza, Xico Tarrés, señaló ayer que la «voluntad» de la institución insular es reflotar el pecio del Don Pedro que hace un año se hundió a una milla del puerto de Ibiza, donde permanece a 45 metros de profundidad, pero la decisión final se conocerá en septiembre.

La última palabra de reflotar el barco o no, la tendrán los informes encargados a empresas independientes y cuyos resultados se conocerán en septiembre.

Tarrés valora también el hecho de que recientemente se haya autorizado el buceo en la zona. Una autorización que parece señalar hacia la opción defendida desde el Consell y los sectores empresariales de la isla: convertir el Don Pedro en el mayor pecio submarino del Mediterráneo.

El responsable de la isntitución, sin embargo, prefiere ser cauto y señala que si ahora se ha autorizado el buceo en la zona es porque los técnicos consideran que no hay ningún riesgo, «mientras la gente no entre donde no debe».

El president recordó también que el Ministerio de Medio Ambiente le aseguró que la opción que se tome sobre el Don Pedro, no sería un problema de dinero, sino de que el riesgo de sacarlo sea superior al riesgo de mantenerlo hundido.

R. L.

Una «gran decepción». Eso ha significado para el grupo ecologista Amics de la Terra el informe favorable emitido por el Ministerio de Medio Ambiente para la construcción del puerto comercial de Botafoc. «Aunque se ha condicionado el proyecto a una serie de prescripciones y medidas correctoras, no deja de ser una noticia muy negativa ya que existen (existían) alternativas menos impactantes y que se han descartado», señalan los ecologistas, para quienes el hecho de que ExC desee negociar el proyecto y reducir sus impactos «no cambia la dura realidad: que en un futuro habrá que buscar soluciones para el tráfico pesado que pasará por zonas turísticas, provocando molestias y peligro».

Según Amics de la Terra, el actual proyecto es «desmesurado» y no reúne «ni mínimamente los principios de sostenibilidad». Además, opinan que su construcción provocará «una serie de impactos negativos», como la posidonia que se eliminará, el vertido de los fangos del dragado y la necesidad de una gran cantidad de áridos. En la misma dirección, el grupo asegura que con la construcción del puerto industrial «ses Feixes está condenado a desaparecer o al menos a sufrir impactos muy negativos».