Imagen de archivo de una matanza realizada en Sant Joan, algo muya habitual en todo el archipiélago.

SEBASTIANA CARBONELL

La Conselleria de Salut i Consum quiere que las matanzas del cerdo para consumo doméstico privado cumplan todas las medidas de seguridad que exige la Unión Europea para ello está ultimando una orden que será de obligada aplicación en la próxima temporada de sacrificio de animales que empieza en el mes de noviembre.

Así lo ha explicado la directora general de Salut Pública, Margalida Buades, tras reconocer que el sacrificio y el consumo de los cerdos que se destinan al consumo privado constituye una actividad «tradicional muy enraizada en nuestra Comunitat» y que mantienen un «indudable interés social y cultural» pero que ello no es incompatible con evitar que puedan producirse consecuencias sanitarias negativas como la triquinelosis.

En la citada orden se especifica que se podrán sacrificar cerdos para el consumo doméstico privado, «siempre y cuando se sometan a un análisis de detección de triquina». También se especifica que «los productos resultado de la matanza, así como la carne obtenida, se destinarán al consumo familiar directo» y que quedará prohibida su venta.

Aunque ya existe una orden de 1 de diciembre de 2000 de la Conselleria de Salut que regula las matanzas «la verdad es que se está incumpliendo sistemáticamente», reconoce Buades y añade que además esta normativa se tiene que adaptar a las adoptadas posteriormente por el Parlamento Europeo que «reestructuran y actualizan las normas de higiene de todos los productos alimentarios» y deroga toda la legislación establecida con anterioridad.

La Conselleria de Salut i Consum quiere contar con la colaboración de los ayuntamientos y de los veterinarios de las Islas para poder llevar a cabo y hacer cumplir la orden, «de hecho deberemos contar con una lista de veterinarios colaboradores para que sean los que analicen las muestras de carne que previamente les habrán hecho llegar los propietarios de los animales que llevan a cabo la matanza».

A los ayuntamientos les corresponderá desarrollar las campañas de matanzas que se llevarán a cabo del 1 de noviembre al 30 de marzo, según se especifica en la orden.

«Corresponde a los ayuntamientos informar a las personas interesadas que están obligadas a realizar el análisis triquinoscópico» se concentra en el borrador de la orden al que ha tenido acceso este periódico.

Una vez que la orden entre en vigor, y en caso de incumplirse, las infracciones se sancionarán al igual que se sancionan las otras infracciones sanitarias con multas que serán de diversas cuantías, siempre según la gravedad de la infracción tal y como se recoge en la Ley de Salud de 5/2003.

La triquinelosis (también llamada triquinosis o triquiniasis) es una enfermedad parasitaria causada por un nematodo del género Trichinella, que se adquiere al consumir carne con larvas del parásito. Presenta síntomas gastrointestinales (diarrea), dolor muscular y articular. El contagio se produce por la ingestión de carne cruda o poco cocinada, infestada de larvas de este parásitas enquistadas en células musculares.

La directora general de Salut Pública, Margalida Buades veterinaria de profesión, explica que el peligro de contraer una enfermedad como la triquinelosis en una matanza al estilo tradicional «ésta en comer la carne cruda» y no «cuando está frita o asada».

Buades afirma que es importante que esta orden, actualmente en fase de elaboración, sea consensuada con los ayuntamientos que son, al fin y al cabo, quienes tendrán que informar a las personas interesadas en celebrar unas 'matances' de que, una vez entre en vigor esta nueva normativa, están obligadas a realizar el análisis triquinoscópico y también estarán obligados a pagarlo.