Fuentes médicas de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario expresaron ayer su malestar por la comunicación realizada por el Ib-Salut en la que confirmaba que se remitirán al centro privado algunas operaciones de traumatología urgentes después de que el especialista de guardia de Can Misses lo autorice, una condición previa que no ha gustado en el centro médico.
Personal de la Policlínica interpretó esta circunstancia como «una autorización previa que supone un ninguneo completo de los profesionales de este centro» y advirtieron de la posibilidad de boicot del traslado de pacientes acordad con la conselleria de Salud y que debía empezar a realizarse a partir de mañana.
Las mismas fuentes aseguraron que será precisa una «aclaración pública» por parte del Ib-Salut de las circunstancias en las que se debe realizar la autorización del traumatólogo de Can Misses.
«Por supuesto que, cuando llegue al hospital un paciente urgente deberá ser reconocido por un especialista, pero no puede ser que sea él quien decida si se opera o no o el tipo de intervención sin que nosotros podamos decidir», explicaron. «Los traumatólogos de aquí también tienen su criterio y, además, si sucede algo en la operación, son ellos quienes deben responder después», explicaron.
Las mismas fuentes mostraron su extrañeza por cómo «el Ib-Salut transforma una ayuda de la Policlínica al sistema público en un verdadero regalo de su parte a este centro privado».
El acuerdo para la derivación a la Policlínica de pacientes de traumatología por operaciones urgentes está previsto que entre en vigor mañana y tenga una duración de entre tres semanas y un mes. El motivo es el cierre de cuatro quirófanos de Can Misses para realizar algunas obras de acondicionamiento y la imposibilidad por la falta de espacio de realizar algunas intervenciones en las dos salas que quedan activas.
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