Tanto el taller de ebanistería como el de forja son bastante amplios.

uando un joven llega a cuarto curso de ESO tiene varias opciones: incorporarse al mundo laboral con o sin el graduado escolar, decantarse por la Formación Profesional (FP) de grado medio o bien cursar alguna modalidad de bachillerato. Una parte importante de este sector adolescente decide cursar un módulo de FP para posteriormente seguir con sus estudios o bien lanzarse al mercado laboral. La Escola d'Arts ofrece unos cursos de grado medio sobre dos oficios tradicionales que cada vez cuentan con más demanda por parte de los empresarios, la ebanistería y la forja: «El problema que tenemos es que muchos de ellos al ver que pueden obtener trabajo sin sacarse el título porque reciben muchas ofertas laborales durante los dos años de formación deciden dejar el módulo y empezar a trabajar, pero en el futuro se dan cuenta de que cometieron un error y es demasiado tarde para remediarlo», afirma Joan Josep Torres, profesor de ebanistería y director de esta escuela. En esta especialidad los alumnos, entre los que suele haber más chicos que chicas, aprenden a diseñar sus propios muebles a la vez que se les familiariza con los estilos más antiguos: «Trabajan dos tipos de diseños, los propios y los más tradicionales. Siempre intento que traten las dos cosas». En la disciplina de forja también combinan diseños y técnicas más tradicionales con algunos más innovadores.

Joan Josep opina que la FP está en crisis desde hace tiempo: «Por un lado porque no está reconocido socialmente (no es lo mismo decir que eres carpintero que abogado) y por el otro porque en muchas ocasiones el aprendizaje de estos oficios requiere mucho esfuerzo y tiempo, en algunos casos, el esfuerzo es superior que en determinadas licenciaturas». Según explican, también influyen los padres: «Cuando un hijo acaba la ESO quieren que haga bachillerato y posteriormente una carrera, pero quizá ese chico no quiera estudiar eso o no le guste y se da cuenta demasiado tarde».

María José Real

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