Cambiar la imagen de balearización que existe en Francia sobre las Islas, potenciar todos los productos turísticos, principalmente el gastronómico, cultural y el de naturaleza (senderismo), el turismo náutico de lujo y el turismo de congresos y convenciones, van a ser el objetivo de la Conselleria de Turisme durante el presente año en el país galo para aumentar, con ello, la cifra de turistas franceses y lograr incrementos anuales de un 5% en los próximos años. Así, lo manifestaba ayer el conseller de Turisme, Francesc Buils, en el acto de presentación de Balears al sector turístico francés en París.

«En estos momentos el turismo francés supone el 2,1% del total de turistas que llegan a las Islas (262.000 turistas). Queremos recuperar las cifras de hace décadas, porque entendemos que Balears es uno de los destinos naturales de vacaciones para los franceses. Hay que cambiar muchas cosas y mejorar otras, pero el trabajo que vamos hacer así como toda la estrategia de mejorar y posicionar la imagen promocional de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera en Francia como un destino de verano e invierno gracias a la difersificación de productos turísticos existentes», explicó el conseller en el Bateau Onyx (bateaux parisien) a los pies de la Tour Eiffel, ante unos 200 agentes de viajes franceses y representantes del sector turístico balear.

Buils señaló que la Conselleria de Turisme es consciente de que «en el mercado francés Balears tiene problemas de percepción, cuando no de escaso conocimiento. Somos conscientes de que hay un problema de conexiones en materia de transportes, tanto aéreas como marítimas, pero estamos a tiempo de recuperar a este mercado». Asimismo, dejó claro que el turismo de cruceros es otro de los elementos a mejorar, así como el de los grandes yates de lujos. «Mejorar los puertos de Palma y Eivissa es algo vital para mejorar la competitividad turística de Balears. Y no tenemos duda alguna que si se mejoran las infraestructuras portuarias podremos captar más cruceros y el turismo de grandes yates procedentes de Francia. No tienen sitio donde amarrar y esto tiene que acabar», concluyó el conseller.